PIDO GANCHO: ARIEL ORTEGA

MAS BURRO QUE SIEMRE

Hoy comienzo una sección en donde hablaré (generalmente mal) de personajes del fútbol. Y para el debut me dedico al "Burrito".

Te equivocaste burro, te equivocaste como siempre. Hiciste un gol bárbaro pero no tenías que gritarlo así. ¿Que fué para los dirigentes? ¡¡Qué me importa!! Los dirigentes son hinchas también.

Enojado por no poder volver a su supuesto amado club, Ortega gritó un gol de cara a la tribuna de River haciendo ademanes típicos de ignorantes. Más tarde declararía que esos gestos no eran para la hinchada sino que para los dirigentes; que "habían utilizado su nombre" y que "nunca tuvieron intenciones de que vuelva a jugar en el equipo de Passarella"

Ortega no tiene memoria. No recuerda cuando esos mismos dirigentes le abrieron la puerta del club para quye venga desde Jujuy. No se acuerda de que le dieron trabajo al padre para que pueda tenerlo cerca en Buenos Aires. Tampoco tuvo en cuenta que cuando pidió ser transferido a Europa, los dirigentes resignaron dinero para que él pueda irse a hacer "su" diferencia económica. Pero la peor falta de memoria que acusa este muchacho es que en el año 2001, cuando fracasado pedía volver a gritos a River Plate, esos dirigentes que él hoy critica hicieron un gran esfuerzo para "repatriarlo" y Arielito jugó sólo un año. A mediados del 2002 otra vez, tentado por los dólares, ejerció presión para partir nuevamente. Ahí no le importó la camiseta, el club, la hinchada, los logros deportivos que pudiera conseguir, ni nada. Se fue ¡¡¡a Turquía!!! pura y exclusivamente por el contrato que le ofrecían.

Y el hincha entendió y no reprochó nada. Que el futuro de la familia, que una oportunidad así no puede desaprovecharse y toda la cantinela de siempre. En Turquía fracasó (otra vez) y el nene caprichoso quería volver a la casa de papá pero esta vez los turcos no querían perder dinero y endurecieron las negociaciones. Apareció Newells y puso el dinero que River no tiene y se lo llevó.

Y ahora Ortega reclama que los dirigentes de River, no cumplan con las funciones para las que fueron elegidos, compromentan el patrimonio del club, y paguen fortunas por un jugador de 32 años que ya no es lo que fue.

Está loco este muchacho. Loco, olvidadizo y desagradecido.