ÁNGEL Y DEMONIO

El nombre de Ricardo Caruso Lombardi hoy está nuevamente en boca de todos y en el mundo fútbol de nuestro país se reciclan viejos debates acerca de su calidad como entrenador, su controvertida forma de ser, sus métodos de trabajo y los resultados que con ellos obtiene.

Lo cierto es que el DT acaba de ser cesanteado de San Lorenzo, club al que hace menos de un año arribó como un Mesías todopoderoso con la facultad de salvarlo del descenso, y sobre él se ciernen, casi por igual, una lluvia de críticas y elogios desde todas las tribunas posibles.

Viendo a Caruso DESDE EL TABLÓN, es innegable su capacidad para el armado de equipos, para imprimirle el sello característico de su juego que consiste en una férrea defensa, con un ataque amarrete pero efectivo que lo convierten en lo que habitualmente llamamos un "técnico saca puntos", ideal para quienes necesitan sumar para evitar la debacle. Y, está comprobado, que esos mismos equipos, con una nueva inyección de otro DT, pueden llegar a lograr grandes objetivos como lo fueron Tigre, Argentinos Jrs. ó Newell´s.

Pero tampoco podemos obviar el otro costado del entrenador, que es donde muestra su personaje. Ese tipo campechano, el piola del barrio, altamente verborrágico que se enciende cuando ve una cámara ó un micrófono abierto y que no calla nada, hasta cuando debe callar por su propio bien.

¿Ángel ó Demonio? Ni uno ni lo otro, y tal vez podemos decir que es ambos a la vez. Angel salvador de equipos comprometidos. Demonio que desgasta las relaciones con sus jugadores y los dirigentes, cuestión que hace que sus segundos campeonatos sean mucho peores que los primeros y que irremediablemente lo eyectan por la puerta de atrás de los mismos clubes que lo habían recibido poco tiempo atrás como un héroe. 

Ricardo Caruso Lombardi: tómelo o déjelo. Pero, sin lugar a dudas, es imposible que omitan hablar de él.