LO DE BILARDO

Promediando el año 2005 el canal de televisión América puso al aire un programa que llevaba el mismo título que este post e intentaba ser una comedia familiar, similar a otras de probados éxitos como "Los Campanelli" ó "La familia Benvenutto". En dicha tira actuaban, entre otros, Rodolfo Ranni, Estela Marys Lanzani y tenía el debut estelar en el papel protagónico de Carlos Salvador Bilardo, que además de su apellido, le puso el cuerpo a la situación. El mencionado programa, como no podía ser de otra manera, resultó ser un fiasco en el que se producían situaciones sin un hilo conductivo, que más que graciosas parecían ridículas y el producto final resultó ser un suplicio para la teleplatea que pronto se vió beneficiada con el levantamiento del mismo, debido al fracaso que mostraba el bendito raiting.

Cuatro años después el mismo protagonista de aquella tira "cómica", Bilardo, puso su nombre y su presencia al servicio de la Selección Nacional de fútbol, esta vez en el rol de manager, con un claro objetivo que estaba a la vista de todos: ser el "ángel guardián" del nuevo entrenador Diego Maradona. Lo que nadie calculó es que el ex diez, no era ese muchacho dócil que se dejaba convencer fácilemente por el doctor como había sido en su época de jugador, sino que demostró ser más obstinado que nunca y formó un vallado casi infranqueable a su alrededor donde no entran ni personas ni consejos de ninguna índole. El resultado de esa unión que no fue tal, rápidamente pudo observarse: un inexperto Maradona cometió errores casi infantiles en la conducción del grupo, tanto dentro como fuera de la cancha, Bilardo poco o nada pudo hacer para salir en su auxilio y el equipo ninca pudo recuperar su prestigio y se puso en una situación límite para lograr la ansiada clasificación al Mundial de Sudáfrica del año que viene.

Y como si esto fuera poco, en la semana previa a los dos últimos y fundamentales partidos, los más importantes de la vida como entrenador de Maradona, surgen entre éste y el manager profundos desencuentros y declaraciones cruzadas, que llevan a una situación incómoda e indeseable para estos cruciales momentos, que quieran ó no, seguramente harán mella entre los jugadores que lógicamente no están abstraídos del tema, llevando al equipo a una posición aun más incómoda que seguramente interferirá en la búsqueda del necesario objetivo que son dos victorias en igual cantidad de cotejos.

En estas definitorias horas que están transcurriendo, se hace necesario concentrarse en cómo conseguir los seis puntos que estarán en juego y no dedicarse a situaciones originadas por enormes egos fuera de control, que llevan a situaciones que rozan la vergüenza ajena y el ridículo, tal como sucedía en el malogrado ciclo televisivo del que les contaba la principio y que ya todos sabemos como terminó.

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