EL JUEGO DE LAS LÁGRIMAS

Tras la histórica revisión de la sanción por tarjeta amarilla que le cupió a Martín Galmarini algunas fechas atrás, en el fútbol argentino se abrió un debate que es rico en si, pero para el cual, supongo, todavía no estamos preparados.

La primer pregunta que surge al revisar el caso es: ¿está bien utilizar la tecnología para revisar las sanciones del árbitro luego de los partidos? La respuesta puede tener miles de aristas que sería muy largo para desmembrar en un solo post. Pero lo cierto es que A.F.A., luego de una solicitud de Futbolistas Argentinos Agremiados, decidió utilizarla y borrar, correctamente, aquella tarjeta amarilla al jugador de Tigre.

Pero ahora todos se escudan en ese precedente y el tema explotó tras el último fin de semana en que el jugador de Racing Club Teófilo Gutierrez fue sancionado con amarilla injustamente (llegando a la quinta que le imposibilitaba de jugar el próximo partido). Tras el match, un alto dirigente del club de Avellaneda se hizo presente en A.F.A. para pedir la quita de esa tarjeta y al recibir la negativa se dirigió directamente a Julio Grondona quien en una rápida maniobra hizo reveer la sanción que en definitiva fue borrada, tras una puesta en escena que incluyó al mismo referi del partido reconociendo su error públicamente.

El problema surge cuando al observar el video del partido vemos al mismo Gutiérrez, luego de recibir la amonestación, pegando una patada casi criminal que podría haber lesionado seriamente a su rival y que le hubiera costado la justa expulsión si el árbitro daba cuenta de ello. Pero el colegiado no lo vió ó no lo notó y la expulsión no se produjo. Pero el Comité que de oficio supo borrar la amonestación, no dijo nada al respecto de sancionar al jugador como hubiera correspondido.

Con esta forma de actuar, al tratar de reparar una injusticia, se comete otra que quedará rápidamente en el olvido, como sucede siempre en nuestro fútbol cuando hay algo turbio. Pero a partir de este caso, se dará lugar a que vallan otros dirigentes "llorando" a AFA para que revean sanciones. Y para los árbitros, que ya vienen con actuaciones flojitas, se abren un montón de interrogantes a la hora de tomar una decisión en el juego: Ante la duda, ¿sancionar ó no? Porque si sancionan y despues el Comité los hace quedar en ridículo ante la opinión pública borrando sus fallos, mejor dejarlo pasar que total de oficio a nadie suspenden.

Por este motivo decía yo al principio del post que la sociedad futbolera argentina todavía no está lista para esta forma de trabajo y para el debate que origina. Mientras existan dirigentes ventajeros, jugadores complicados y prensa adicta para alguna de las partes, es mejor quedarse donde estamos y no abrir ningún juego para ver quien llora más fuerte.