LA BANDERA QUE DURMIÓ DOS AÑOS

"Atlético Rafaela no se rinde" fue la frase que, casi unánimemente, esgrimieron los diferentes medios de prensa que reflejaron el ascenso de "La Crema" y de esa forma graficaban los diversos intentos de este equipo por conseguir el máximo logro que otorga el campeonato de la B Nacional.
Es que luego de su descenso en 2004, fueron cuatro las chances netas que dispuso Atlético para volver a la elite de nuestro fútbol aunque el público que no es seguidor del equipo rafaelino, sólo recuerde las últimas dos: aquellas fatídicas -por diferentes cuestiones- Promociones frente a Gimnasia de La Plata. Pero aquello ya es pasado. Ya se hizo cáscara. Y sirvió y servirá para forjar la templanza de un equipo.
Pero entre tanta anécdota, está la de esa bandera. Comprada por un hincha no muy adepto a los festejos populares, que sintió que esa vez iba a ser diferente. Y el 07 de julio del 2009 se decidió a comprar el pabellón con los colores celestes y blanco, para salir a festejar con ganas luego de ganar la Promoción. No la estrenó luego de aquel soñado 3-0 con la tripleta de Aldo Visconti porque su mesura le decía que todavía faltaba un paso. Ni hablar luego del mazaso aplicado por Franco Niell y compañía.
La bandera siguió guardada. Un año más, el mismo final para una historia parecida...y otro año de letargo. Guardadita en el placard, planchadita, planchadita como diría Luca. Hasta que llegó el desahogo. El ascenso y los festejos. Entonces si, llegó el momento que vea la luz. La bandera que estuvo guardada 22 meses, por fin se desperezaba y salía a flamear por las calles de la ciudad acompañando el grito de la afición: "¡¡Atlético es de Primera!!"