DE MEMORIA: SUPER RIVER

El 14 de Diciembre pasado se cumplieron 20 años de que River Plate alcanzara su hora más gloriosa: ser campeón intercontinental de clubes.

Llegar al máximo título que haya logrado esta institución fue el resultado de un proceso que se había iniciado un año y medio antes, allá por mediados de 1985. En ese tiempo asumían nuevas autoridades al club y revolucionaban el mercado de pases, repatriando al club al ídolo Norberto Alonso, contratando a las por entonces figuras de Boca Juniors Gareca y Ruggeri, y reforzando el plantel con jugadores de probada jerarquía como Amuchástegui, Morresi, y los uruguayos Alzamendi, Gutierrez y Villazán entre otros. Dirigido técnicamente por un joven Héctor “Bambino” Veira, esos jugadores se sumaban a los que ya contaba el equipo como Pumpido, Gallego y Francéscoli por nombrar a los más importantes hasta ese momento.

Ese nuevo equipo de River se floreó durante las treinta y ochos fechas que duró el campeonato Metropolitano 1985-1986, ganándolo por nueve puntos de diferencia y varias fechas antes de su finalización. Con un estilo de juego al gusto de los hinchas millonarios se destacó principalmente su ataque, comandado por el exquisito Claudio Morresi , que por su buen rendimiento obligó a ser suplente al mismísimo Alonso, la velocidad de la “Araña” Amuchástegui y la fineza y los goles del “Principe” Francéscoli. Junto a ellos, también se destacaron las sorpresas: el marcador de punta Alejandro Montenegro, y los volantes Héctor Enrique y Roque Alfaro, dueños de un ida y vuelta pocas veces visto.

Luego de la interrupción de la actividad futbolística por causa del Mundial de México de 1986, River Plate se preparó para jugar la Copa Libertadores que hasta entonces nunca había podido ganar. Los dos delanteros titulares habían sido vendidos al extranjero por lo tanto Veira debió hechar mano en el riquísimo plantel con que contaba y decidió reemplazarlos por Antonio Alzamendi y Ramón Centurión que hasta ese momento no habían jugado un solo partido en la primera del club. Esos ingresos, más los obligados del uruguayo Nelson Gutiérrez por el lesionado Borelli y el de Alonso por un Morresi que había bajado sensiblemente su nivel, le otorgaron una nueva forma de jugar al equipo. Ya no eran esos virtuosos que desparramaban fútbol por cualquier cancha si no que era un River que trabajaba los partidos fríamente, batallando en el mediocampo con un Américo Gallego amo y señor del círculo central, con una férrea defensa en la que se destacaba Ruggeri y saliendo velozmente de contragolpe gracias a los magistrales pases que metía Alonso y a la velocidad de sus nuevos atacantes que de esa forma se convirtieron rápidamente en los goleadores de aquel torneo..

La serie de semifinal de esa Copa, fue la graduación del equipo en cuanto al temple y carácter ya que fue necesario un partido desempate ante Argentinos Juniors (el campeón de la edición anterior), en un match súper disputado en el que fue necesario un alargue de 30 minutos para que los millonarios aguanten el empate en cero que los clasificó a jugar la final frente a América de Cali (Colombia). En esos dos partidos jugados en el mes de Octubre apareció la figura del recién contratado Juan Gilberto Funes, un centrodelantero de muchísima fuerza que se despachó con un gol en cada partido, permitiendo que River se imponga 2-1 y 1-0 en ambos juegos y levante por fin la ansiada Copa Libertadores.

El 14 de Diciembre de 1986, en el Estadio Nacional de Tokio, River Plate se enfrentó al campeón europeo Steaua De Bucarest. El equipo rumano tenía en sus filas a la joven figura Mario Lacatus y planteó un partido muy cerrado y disputado que los argentinos ganaron por una argentinísima avivada de Beto Alonso que sacó rápidamente un tiro libre, mientras los rivales armaban la barrera, habilitando a Alzamendi para que convierta el único gol del partido.

En el frío de Japón, River Plate festejaba y tocaba el cielo con las manos abrochando un título que coronaba una gran campaña, metiéndose definitivamente en la memoria de sus hinchas, en la historia grande del fútbol y reafirmando su condición de equipo grande a nivel mundial, con una formación que a mi juicio fué la mejor de las que yo haya visto alguna vez en todo el fútbol argentino. Hoy hace ya veinte años.