UN TIRO PARA EL LADO DEL FÚTBOL Y LA JUSTICIA
La casi inédita definición del campeonato del día de ayer fue un canto al fútbol del que nadie pudo abstraerse.
Ya desde cinco horas antes de empezar a jugarse el partido definitorio todos los medios de comunicación transmitían desde el lugar de los hechos y durante el partido mismo las calles se vieron vacías, con poquísimo movimiento, con un panorama similar al que se ve cuando juega la selección Argentina durante los mundiales.
Ya desde cinco horas antes de empezar a jugarse el partido definitorio todos los medios de comunicación transmitían desde el lugar de los hechos y durante el partido mismo las calles se vieron vacías, con poquísimo movimiento, con un panorama similar al que se ve cuando juega la selección Argentina durante los mundiales.
Es que después de tanto hablar de violencia, sobornos, mafias, poder, incentivos y otras yerbas, la disputa de una final fue lo mejor que pudo pasarle a nuestro querido fútbol local. Fue durante unos días un volver a la esencia misma del juego, con la prensa ocupándose de los equipos, los hinchas pugnando por una entrada, con las apuestas y cargadas a la orden del día, es decir: el fútbol por el fútbol mismo. Bienvenido sea.
En cuanto al campeón, Estudiantes de La Plata, sólo queda ponernos de pié y aplaudir su justa conquista. Con un estilo de juego ordenado y con una entrega superior a la que tuvieron los demás, corrió de atrás todo el campeonato y hasta en el último partido donde comenzó perdiendo a los cuatro minutos de juego, y nada pudo quebrar su fe.
El título fue el premio a su tesón, a su convencimiento de que se podía, a su figura Juan Sebastián Verón que a pesar de tener ofertas más tentadoras optó por volver a “su casa” para hacer los últimos tiritos de su carrera, a su director técnico Cholo Simeone que despedido del club en el que dejó todo como Racing supo reponerse y armar un equipo batallador como era él en sus tiempos de jugador, y a todos los jugadores que, nacidos en ese club ó no, defendieron los colores con alma y vida.
Para cerrar: ¡qué lindo es ver una final! Y más cuando al terminar, los equipos dan la vuelta olímpica casi sin invasiones, levantan una copa, se cuelgan una medalla y hasta hablan por micrófono. ¿No estaría buena la idea de jugar una por año con los ganadores del Apertura y Clausura?
Mientras piensan la respuesta y nos damos cuenta que se terminó el fútbol por este 2006, cerramos el post levantando la copa en un brindis imaginario, proponiendo: ¡¡SALUD CAMPEÓN!! y también ¡¡SALUD QUERIDO FÚTBOL ARGENTINO!! y parafraseando al exéntrico Pipo Cipollatti, decimos: ¡¡¡ESTUDIANTE, EL EJEMPLO UNIVERSAL!!!
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