RIVERGÜENZA
El nuevo papelón futbolístico realizado por River en su participación de Copa Libertadores es la coronación de una década (si, diez años) de desmanejos, desprolijidades, mentiras y desorganización reinantes en el que supo ser el mejor club del país y uno de los principales a nivel mundial.
Desde 1997, cuando borrachos de títulos se decidió conceder todos los caprichos de Ramón Díaz, pasando por el despido del gran formador de jugadores juveniles como Delem, la re-contratación de Díaz luego de Gallego de 1999, el posterior reemplazo del incípido Pellegrini en el 2001, el pensamiento de que Astrada era el salvador del 2003, el desesperado llamado a Merlo del 2005, su posterior y escandalosa salida y reemplazo por Passarella del 2006, sumado a que todos los cambios de entrenadores eran acompañados por nuevos responsables de los equipos de reserva y cuarta división más los papelones extra futbolísticos como la venta de porcentajes de pases de jugadores juveniles, el affaire Tuzzio – Ameli, el armado del peor plantel de la historia que hizo Astrada , aquél affaire Merlo – Gallardo – Plantel del verano 2005/2006, la dificultad para conseguir refuerzos que hacen que cada contratación tenga una trama casi novelesca (casos Figueroa, Belluschi, Ortega, Rosales), el apañamiento a la barra brava del club, y la repatriación de jugadores que no están al cien por ciento de sus condiciones físicas ni psicológicas, son hoy un cóctel demasiado pesado para la paciencia del hincha que año a año ve como su equipo va perdiendo el prestigio que supo conseguir en otras décadas y ya esté dando hasta vergüenza ajena.
El nivel futbolístico evidenciado hasta aquí por los diversos equipos que formó Passarella durante los 16 meses de gestión nunca fue bueno. Si bien hubo mejores partidos que otros, nunca pudo plasmar en el terreno de juego las ideas que sabemos que tiene este entrenador y le cabe la responsabilidad del hecho y podríamos aceptarle alguna escusa. Pero en los últimos meses se le concedieron todos los requerimientos: se aceptó la exclusión de jugadores con la consiguiente desvalorización del pase que eso acarrea y se trajo a cuanto jugador pidió, gastando una buena suma de dinero que el club no tiene y generando expectativa e ilusión en el pueblo millonario que esperaba ver un gran equipo y se encontró con un fiasco.
Con la dirigencia desgastada, con un técnico que parece no encontrar el rumbo futbolístico, con la economía por el piso, con las ilusiones rotas y diez años de frustraciones sobre el lomo, es lógico que el hincha diga basta, hasta acá llegamos, estamos hartos de todo, y pidan la cabeza hasta del portero que barre la entrada. Seguramente, este post ni todo lo que se escribió ó dijo hasta el momento surta efecto en esos “Sin vergüenzas” que son quienes dirigen al club y al equipo de fútbol. Esperemos, aunque sea, que recapaciten, que se den cuenta que están haciendo mal las cosas y que deben cambiar, tanto el proyecto futbolístico como el político para que el hincha deje de sentir vergüenza por los colores, recupere el orgullo perdido y lo antes posible pueda volver a cantar a cuatro voces:
Desde 1997, cuando borrachos de títulos se decidió conceder todos los caprichos de Ramón Díaz, pasando por el despido del gran formador de jugadores juveniles como Delem, la re-contratación de Díaz luego de Gallego de 1999, el posterior reemplazo del incípido Pellegrini en el 2001, el pensamiento de que Astrada era el salvador del 2003, el desesperado llamado a Merlo del 2005, su posterior y escandalosa salida y reemplazo por Passarella del 2006, sumado a que todos los cambios de entrenadores eran acompañados por nuevos responsables de los equipos de reserva y cuarta división más los papelones extra futbolísticos como la venta de porcentajes de pases de jugadores juveniles, el affaire Tuzzio – Ameli, el armado del peor plantel de la historia que hizo Astrada , aquél affaire Merlo – Gallardo – Plantel del verano 2005/2006, la dificultad para conseguir refuerzos que hacen que cada contratación tenga una trama casi novelesca (casos Figueroa, Belluschi, Ortega, Rosales), el apañamiento a la barra brava del club, y la repatriación de jugadores que no están al cien por ciento de sus condiciones físicas ni psicológicas, son hoy un cóctel demasiado pesado para la paciencia del hincha que año a año ve como su equipo va perdiendo el prestigio que supo conseguir en otras décadas y ya esté dando hasta vergüenza ajena.
El nivel futbolístico evidenciado hasta aquí por los diversos equipos que formó Passarella durante los 16 meses de gestión nunca fue bueno. Si bien hubo mejores partidos que otros, nunca pudo plasmar en el terreno de juego las ideas que sabemos que tiene este entrenador y le cabe la responsabilidad del hecho y podríamos aceptarle alguna escusa. Pero en los últimos meses se le concedieron todos los requerimientos: se aceptó la exclusión de jugadores con la consiguiente desvalorización del pase que eso acarrea y se trajo a cuanto jugador pidió, gastando una buena suma de dinero que el club no tiene y generando expectativa e ilusión en el pueblo millonario que esperaba ver un gran equipo y se encontró con un fiasco.
Con la dirigencia desgastada, con un técnico que parece no encontrar el rumbo futbolístico, con la economía por el piso, con las ilusiones rotas y diez años de frustraciones sobre el lomo, es lógico que el hincha diga basta, hasta acá llegamos, estamos hartos de todo, y pidan la cabeza hasta del portero que barre la entrada. Seguramente, este post ni todo lo que se escribió ó dijo hasta el momento surta efecto en esos “Sin vergüenzas” que son quienes dirigen al club y al equipo de fútbol. Esperemos, aunque sea, que recapaciten, que se den cuenta que están haciendo mal las cosas y que deben cambiar, tanto el proyecto futbolístico como el político para que el hincha deje de sentir vergüenza por los colores, recupere el orgullo perdido y lo antes posible pueda volver a cantar a cuatro voces:
“El más grande sigue siendo River Plate
y será más grande aun en el mañana,
por el juego, por las ganas, el orgullo de tener
una banda roja que nos cruza el alma”
Etiquetas: Actualidad
4 Comments:
no te hagás mala sangre, Pachi. Ahora cuando vuelva el Beto Alonso(?) vuelven a los primeros planos...
abrazo
Bueno, pero entonce ustedes lo ponen a Daniel Willington y estamos todos.
pachi, comparto tu furia. Ya vendrán tiempos mejores. Paciencia.
saludos
No te hagas problema capaz en el 2016 ganamos la copa haber si nos vuelve a dar suerte lo de los años terminados en 6... o sino 2026, 36 5555555555555555556 jajajaja otra vez confirmaste tu apodo "gallina" !!!
GALLINA SE NACE, NO SE HACE
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