GIMNASIA Y VERGÜENZA DE LA PLATA

Casi la totalidad de los medios gráficos reflejaron en el día de ayer la noticia (clic acá para leer completa) de que el jugador Luciano Leguizamón de Gimnasia de la Plata será sancionado por su club debido a que en el entretiempo del partido que su equipo disputó frente al clásico rival Estudiantes, cambió su camiseta con Juan Verón. Al parecer, la sanción sería en definitiva económica, pero algunos hinchas “triperos” quieren directamente la revocación del contrato que liga al jugador con la institución.

Si bien el hecho da para el debate, imagino la desazón de los hinchas del Lobo platense al perder nuevamente un partido frente al rival de toda la vida y entiendo que canalicen la bronca agarrándosela con el primer perejil que tienen a mano, pero creo que esta vez están errando el camino, ni tampoco comparto que los dirigentes, personas que deben demostrar buen tino, apoyen la moción. ¿Qué tanto puede influir en un resultado ó rendimiento de un jugador el hecho de un cambio de camiseta con un rival? ¿Es culpable de la derrota por haber tenido un acto de compañerismo con un rival?

Desde hace un tiempo a esta parte, que en el Club Gimnasia y Esgrima de La Plata se respiran aires extraños. No podemos olvidar el nunca aclarado hecho sucedido justo hoy hace un año atrás, cuando antes de un partido frente a Boca bravos hinchas irrumpieron en el predio donde se desarrollaba la concentración de su equipo y le exigieron a los players que se dejen perder para así tratar de evitar que Estudiantes fuera campeón (cosa que en definitiva sucedió). Tampoco podemos obviar las amenazas de muerte que el presidente Muñoz realizó a un árbitro y la posterior destitución del máximo dirigente; ni el último incidente acontecido en una asamblea extraordinaria donde miembros de la barra brava, organizados cual ejército con handies y demás, prohibieron la entrada de la prensa y terminó en una acalorada discusión entre los asistentes que le costó la vida a un viejo asociado al que le falló el corazón en un momento de bronca. Y ahora, este caso que los pone otra vez en la picota y los transforma en el hazmereír del fútbol argentino.

Creo que sancionar a un jugador por el hecho de cambiar una camiseta con un rival, sea quien fuere este, es un acto totalmente injusto y equivocado y va contra el mensaje de desdramatización y no violencia del fútbol que se está tratando de llevar a la sociedad. Aunque llama la atención, leyendo la nota de Olé cuyo link está allí arriba, que un dirigente justifique la sanción citando una frase del ¡¡Cholo Simeone!! ¿Castigarán también a este señor?

Con hinchas y dirigentes como los de Gimnasia, se dio otro paso para atrás, y se enterró ¿definitivamente? a aquellos atisbos de amateurismo, juego y espectáculo que vienen del principio de la actividad y todavía podían llegar a encontrarse en nuestro país. Y si no me creen, les traigo como prueba una foto de algunos años atrás en donde se ve a jugadores referentes de River, J.J.López y Merlo, tras jugar un superclásico ¿qué dirían a todo esto Muñoz y sus secuaces?