LA HORA DE BATISTA

Días atrás se conoció la sorpresiva renuncia de Hugo Tocalli a su puesto de entrenador responsable de las Selecciones Juveniles de Argentina. Tras declaraciones del técnico, se supo que el motivo principal fue la no renovación del contrato de uno de sus ayudantes, Miguel Tojo, aduciendo cuestiones de presupuesto.

A simple vista, la partida de Tocalli y sus colaboradores significa una gran pérdida para los juveniles de AFA ya que es archiconocida su foja de títulos, primero como colaborador de Pekerman y luego como cabeza visible del proyecto. Y llama la atención los motivos de la dimisión porque, si de algo estamos seguros los neutrales, es que en el máximo organismo del fútbol de nuestro país si hay algo que sobra, es dinero. Por estas razones, apenas se conoció la noticia los futboleros de toda índole (fanáticos, hinchas, periodistas) salieron con los tapones de punta contra Julio Grondona y si hacemos una lectura rápida del caso creo que nosotros nos acoplaríamos a los insultos.

Don Julio, tal su costumbre, hizo un rápido movimiento como el mejor de los jugadores dentro de una cancha y ordenó contratar a Sergio “El Checho” Batista como nuevo responsable y con esa jugada maestra le abrió las puertas de la selección a gente que hacía rato venía reclamando una oportunidad: la tan mentada “generación del ´86”. Sin grandes pergaminos, casi sin experiencia en el manejo de juveniles, casi únicamente con la mística que genera ser de los últimos campeones mundiales, Batista aceptó el desafío y ahora será el encargado de comandar las acciones de un grupo de personas que se juega una parada brava: demostrar que también pueden hacer historia con la selección, ahora dirigiendo desde el banco de suplentes, empezando con los pibes y tratando de llegar a los mayores.

A nosotros, calmos y atildados hinchas del tablón, sólo nos resta esperar como digo siempre a “que el tiempo haga su trabajo” y nos muestre los resultados del enroque. No caer en la crítica fácil, desmedida e impiadosa de una persona que alguna vez estuvo muy enferma pero supo recuperarse y de la que lo eligió para el cargo, porque recordemos que alguna vez también lo defenestraron cuando para el mismo puesto eligió a un taxista que nadie conocía. Y así nos fue.