ORTEGA DEBE RETIRARSE
Así, sin preámbulos, como la frase que dá al título al post de hoy, debe ser el retiro de Ariel Ortega de la práctica profesional del balonpié. Clara, directa, tajante y un poco dolorosa es mi afirmación, pero como el Diario Castellanos, con la verdad no ofendo ni temo, y estoy seguro de mis dichos: Ariel Ortega no puede ni debe seguir jugando al fútbol.
Desde que volvió a nuestro país, tras su inactividad producto de una fallida incursión por el fútbol turco, "El Burrito" no es el mismo. Al margen de su problema con el alcohol, el cual era un secreto a voces ya desde que firmó con Newell´s y tanto su entorno profesional y deportivo no querían reconocer, las dotes futbolísticas que supo demostrar alguna vez, no eran las mismas. Menos velocidad suplantada con condiciones de estratega y la mejora en la pegada en los tiros libres, más la banca de los técnicos de turno, le bastaron para eregirse como uno de los puntos destacados del conjunto rojinegro, con el que llegó a ser campeón local.
Pero al momento de su retorno a River Plate, Ortega parece que olvidó sus mejores cualidades en Rosario y seamos sinceros, ha demostrado sus condiciones con cuentagotas. Con menos velocidad aún, nunca pudo desempeñar el rol de conductor de un equipo que hace varios años alterna buenas y malas periódicamente. Y como si fuera poco, todavía no pudo demostrar ni siquiera una vez sus cualidades como shoteador de tiros libres, y ha quedado expuesto claramente que no pude desempeñarse en el ataque ya que pierde con el rigor físico ni puede eludir rivales en el uno contra uno. O sea que estamos ante la presencia de un jugador que: no desequilibra con la gambeta que supo tener alguna vez (y pierde todas las pelotas), no sirve como estratega ya que nunca tuvo gran visión de juego ni cuenta con la velocidad necesaria, ni tampoco puede hacerse cargo de las pelotas paradas. Entonces, ¿para que juega?
Hoy Ortega juega por el peso de su apellido y lo vemos en todos los partidos que le toca ingresar. Lento, débil, con los rivales mofándose de él y la desconfianza de sus compañeros que no sé si quieren pasarle la pelota, sin autoridad moral para pegar algún grito, no es el jugador que su equipo necesita. La flaca cosecha de títulos de los últimos años de River Plate, hace que sus hinchas se agarren de cualquier cosa para tener una alegría y hoy muchos de ellos ven en Ariel Arnaldo el ídolo de la institución por lo hecho en el pasado (cosa que no comparto porque para mí ídolo es mucho más que haber jugado bien alguna vez). Por lo tanto, por respeto a esos fans y al mismo jugador, lo mejor sería que Ortega hoy abandone el fútbol con la cabeza alta antes que el fútbol lo abandone a él, imitando el ejemplo de otros grandes de la institución (ídolos de verdad) como Alonso ó Francéscoli. Una salida elegante, lejos del escándalo y hasta con un partido homenaje y una posterior inserción laboral en el club de sus amores creo que es lo mejor que podría pasarle a quien ya dió todo lo que tenía y no puede seguir regalando prestigio.
Desde que volvió a nuestro país, tras su inactividad producto de una fallida incursión por el fútbol turco, "El Burrito" no es el mismo. Al margen de su problema con el alcohol, el cual era un secreto a voces ya desde que firmó con Newell´s y tanto su entorno profesional y deportivo no querían reconocer, las dotes futbolísticas que supo demostrar alguna vez, no eran las mismas. Menos velocidad suplantada con condiciones de estratega y la mejora en la pegada en los tiros libres, más la banca de los técnicos de turno, le bastaron para eregirse como uno de los puntos destacados del conjunto rojinegro, con el que llegó a ser campeón local.
Pero al momento de su retorno a River Plate, Ortega parece que olvidó sus mejores cualidades en Rosario y seamos sinceros, ha demostrado sus condiciones con cuentagotas. Con menos velocidad aún, nunca pudo desempeñar el rol de conductor de un equipo que hace varios años alterna buenas y malas periódicamente. Y como si fuera poco, todavía no pudo demostrar ni siquiera una vez sus cualidades como shoteador de tiros libres, y ha quedado expuesto claramente que no pude desempeñarse en el ataque ya que pierde con el rigor físico ni puede eludir rivales en el uno contra uno. O sea que estamos ante la presencia de un jugador que: no desequilibra con la gambeta que supo tener alguna vez (y pierde todas las pelotas), no sirve como estratega ya que nunca tuvo gran visión de juego ni cuenta con la velocidad necesaria, ni tampoco puede hacerse cargo de las pelotas paradas. Entonces, ¿para que juega?
Hoy Ortega juega por el peso de su apellido y lo vemos en todos los partidos que le toca ingresar. Lento, débil, con los rivales mofándose de él y la desconfianza de sus compañeros que no sé si quieren pasarle la pelota, sin autoridad moral para pegar algún grito, no es el jugador que su equipo necesita. La flaca cosecha de títulos de los últimos años de River Plate, hace que sus hinchas se agarren de cualquier cosa para tener una alegría y hoy muchos de ellos ven en Ariel Arnaldo el ídolo de la institución por lo hecho en el pasado (cosa que no comparto porque para mí ídolo es mucho más que haber jugado bien alguna vez). Por lo tanto, por respeto a esos fans y al mismo jugador, lo mejor sería que Ortega hoy abandone el fútbol con la cabeza alta antes que el fútbol lo abandone a él, imitando el ejemplo de otros grandes de la institución (ídolos de verdad) como Alonso ó Francéscoli. Una salida elegante, lejos del escándalo y hasta con un partido homenaje y una posterior inserción laboral en el club de sus amores creo que es lo mejor que podría pasarle a quien ya dió todo lo que tenía y no puede seguir regalando prestigio.
Etiquetas: Informes
1 Comments:
que duro que fue con este jugador,pero tiene toda la razon.que se valla.
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