CLÁSICOS

Nadie sabe bien cuando comenzaron, pero desde que el fútbol es fútbol hubo partidos especiales, distintos. Esos son los "Clásicos" (identificación con que la prensa decidió denominarlos aunque su acepción provenga de las competencias hípicas): un match diferente a todos que, además de la compentecia deportiva, lleva una gran carga emotiva, de orgullo y honor que hace que todos quieran ganarlo y nadie desee perderlos.

Generalmente provenientes de rivalidades locales, de equipos de un mismo barrio ó ciudad, los clásicos son la raíz misma del fútbol porque a pesar del profesionalismo reinante hoy en día, nos retrotraen a aquellas contiendas que vivíamos de chico jugando en los campitos contra pibes que vivían en otra cuadra; ó cuando éramos adolescentes, frente a otros de nuestra misma edad que cursaban en otra división u otro colegio. Es por eso que los jugadores se desviven por jugar un clásico, nadie se quiere quedar afuera de esa fiesta, de esa lucha por demostrar quien "manda", quien es mejor.

Futbolísticamente hay protagonistas que "nacieron" para este tipo de partidos. Jugadores que, además de su habilidad, demuestran el temple y carácter necesario para este tipo de competencia y se agrandan en las difíciles. Lamentablemente, también están aquellos que se apichonan cuando hay en juego algo más que tres puntos, y bajan considerablemente su nivel. Unos y otros serán rápidamente identificados por sus seguidores y quedarán catalogados de por vida en la idolatría ó el desdén de la gente porque es imperdonable fallar en los clásicos ya que, como las finales, se deben ganar cueste lo que cueste.

Los hinchas también son protagonistas de los clásicos y se preparan especialmente en los días previos y estarán expectantes a la hora señalada. Como los jugadores, están los valientes que ansían observar el cotejo y ser protagonistas con su aliento y están los cobardes que preferirán abstraerse encerrándose sin tener noticias hasta que el partido termine y que, como el niño que se tapa los ojos ante una película de terror y espía a través de los dedos, se mantendrán atentos a cualquier bocinazo, bomba de estruendo ó grito que provenga del exterior y que le dé algún indicio de como van las acciones.

Los "Clásicos", partidos especiales, diferentes, generalmente parejos en su historial que hacen las delicias de los futboleros que los disfrutan, los sufren, ríen, lloran, ganan y pierden; pero de los cuales es imposible mantenerse al margen ya que sería una ofensa al fútbol y al corazón de los hinchas.