SAN LORENZO Y SU PROPIO "8M"

El 8 de Mayo de 2008 el pueblo de San Lorenzo llegó al apoteosis. Su equipo eliminaba de la Copa Libertadores a River Plate en el estadio Monumental, en un partido válido por los octavos de final del torneo, que comenzó perdiendo 2-0, quedó con dos hombres de menos, y terminó empatando. Ese día, y varios subsiguientes más, los hinchas azulgranas deliraron de alegría, festejaron la clasificación y ese empate en particular casi como un campeonato, con pegatina de afiches incluída y llevando al recuerdo eterno a ese día bautizándolo como "8M". Además, los jugadores eran considerados casi héroes nacionales y los dirigentes premiaban el esfuerzo de los players con un dinero extra, mientras que el conjunto de River era defenestrado por la pueblo futbolero en general y recibido al próximo match, con una lluvia de maiz arrojada por los propios hinchas, acusándolos de gallinas.

Luego de aquel episodio, River se recompuso y pudo ser campeón local, mientras que San Lorenzo quedó eliminado en cuartos de final a manos de Liga de Quito en una serie que podría haber ganado cómodamente a no ser por un error de su arquero en el partido de ida que le costó un gol a la postre irremontable, dejando a la afición con las manos vacías hechando por tierra esas ilusiones que sólo quince días atrás eran inmensas. Tras el alejamiento del entonces DT Ramón Díaz, llegó Miguel Russo con la chapa de ser el último técnico campeón de la Libertadores, logro que había tenido un año antes con Boca Jrs. El rico plantel que contaba fue renovado en algunos nombres pero no en calidad y afrontó el torneo Apertura 2008 con paso firme, llegando a estar punteros con once puntos de ventaja sobre su inmediato escolta. El nivel de juego decayó, la diferencia se esfumó y terminó ajustado para llegar a una definición de campeonato inédita mediante un triangular. La historia es conocida: ganó el primer partido frente a Tigre pero trastabilló mal frente a Boca, perdiendo 3-1 y resignando sus chances de campeonar, título que en definitiva quedó para el xeneise.

Otra frustración para el público y para un plantel que pedía revancha en forma urgente. Y que mejor revancha que la nueva Copa Libertadores 2009, que ofrecía un grupo accesible. Pero, a pesar de los refuerzos recién llegados y de la ilusión de los seguidores, el equipo entró en un bajón futbolístico del que nunca pudo recuperarse perdiendo ocho partidos sobre once, incluyendo los de torneo local y copa, que hicieron lo que nadie quería y pensaba: dejar sin chances tempranamente a San Lorenzo en el campeonato argentino y siendo eliminado en primera rueda de lo que ya era (y es) la obseción del hincha azulgrana: la Libertadores.

Ustedes saben, la ilusión tiene una hija boba que se llama decepción. Y la decepción conlleva a la bronca. Y por todos esos estados pasaron los fans del Ciclón en este corto tiempo. Y once mese después del original, tuvieron su propio "8M" el último Domingo al recibir a sus propios jugadores con silbatinas, insultos y un ácido cotillón adecuado a la ocasión; creando una atmósfera de reproches, dudas, malestar e incertidumbre dentro del club que será muy difícil de contrarestar y cambiar.

Es comprensible la bronca del hincha pero no justifica los hechos. Los que miramos Desde el Tablón somos concientes que un equipo no se arma de un día para el otro y que la mayoria de las grandes formaciones, esas que quedaron en el recuerdo de los aficionados, siempre fueron antecedidas por equipos a los que no les fue tan bien pero que sirvieron de base para las mismas. Ejemplo de esto hay a montones y yo pienso que San Lorenzo se encuentra en esta etapa: en la de formar un gran equipo que en los próximos tiempos será gran protagonista y que brindará satisfacción a sus hinchas. Mientras tanto, para sus seguidores y especialmente a para sus dirigentes será cuestión de aquietar las aguas, capear el temporal y tener la mente fría y el corazón caliente para tomar las decisiones correctas y de ese modo evitar que los errores de hoy se repitan en el mañana para no tener que vivir un nuevo "8M" en contra.