MARTÍN PALERMO: LA HISTORIA VIVA DEL GOL

Y fue en la noche del 02 de marzo de 2010 cuando Martín Palermo se subió definitivamente al podio de los mejores. Fue, la de anoche, su noche, la que opacó al resto de los jugadores, al partido y a cualquier otro tema futbolístico del que pueda hablarse.
"El Titán", "El Optimista del Gol", "El Loco", "Paleeeerrrmmooo, Paleeeeerrmmoooo", ó simplemente "Martín" fue todos ellos y uno solo a la vez, cuando enfrentó al arquero (el mismo que minutos antes le había atajado un penal) y con una rápida definición marcó el tanto número 218 con la camiseta de Boca Juniors, que lo convierte como top scorer de la entidad, una de las más grandes e importantes de Argentina y del mundo.
Y allá va, el grandote de 1.87, el de los raros peinados y colores en su cabeza, el de las lesiones y las recuperaciones asombrosas, con un festejo medido pero que sirve como descarga de la bronca momentánea. Allá va a buscar el abrazo de uss compañeros, con la boca llena de gol, como siempre, pero a sabiendas que esta vez es un poco más especial. Palermo es récord, es historia y todos, absolutamente todos, aplauden y se rinden a la evidencia viva de un tipo que hizo del gol su carta de presentación.
Doscientos dieciocho goles en trescientos cincuenta y tres partidos oficiales con la camiseta xeneise. Un promedio de más de un gol cada dos partidos. Números, fríos números que hablan de un hombre que parece sacado de una película. El hombre-gol, el que salió de Estudiantes, el que por mil pesos de diferencia no se fue a jugar al Nacional B con San Martín de Tucumán a mediados de los ´90, el que llegó a Boca junto a muchos otros, casi en silencio y de a poco, a fuerza de conversiones fue forjando la idolatría de su gente y la admiración de los rivales. El que se fue y volvió para seguir rompiendo redes, amargando arqueros y para continuar una vida futbolística emparentada con la leyenda.
Palermo, el nombre y hombre de los goles simples, el de los goles raros, el de los goles históricos, el de los goles salvadores, en definitiva, Martín Palermo es el hombre de los goles que lo mentieron para siempre en la historia de un club y del fútbol de nuestro país, esa que le contaremos a nuestros hijos y nietos. Y lo mejor de todo esto, es que esta epopeya aun no terminó y promete seguir sorprendiéndonos con más vicisitudes.
Felicitaciones Martín Palermo, por ser gol, por ser historia. La historia viva del gol.