FÚTBOL GENEROSO: EL CURIOSO CASO DE EMILIANO DÍAZ

Emiliano Díaz nació en el año 1983 en Nápoles y la generosidad del fútbol iluminó sus días casi desde el momento de su concepción ya que, como sospecharán, estamos hablando del hijo de Ramón, quien por ese entonces jugaba en el primer equipo de la península italiana.

El destino de Emiliano, estaba casi marcado. Siendo el hijo mayor de un gran futbolista, a medida que pasaron los años se fue preparando para seguir el camino de su padre. Y lo siguió de la mejor manera ya que su formación se dió en las divisiones juveniles de los clubes Mónaco de Francia, River Plate de Argentina y Yokohama Marinos de Japón, mientras su papá actuaba en el plantel profesional de esas instituciones.

Pero, como si fuera un intento de diferenciarse de su mentor, Emiliano ya como profesional y actuando en el puesto de mediocampista ó marcador de punta derecho forjó una carrera que se dió a la inversa de cualquier futbolista argentino, arrancando donde todos quieren llegar y terminado donte todos empiezan, y hace recordar a la historia de Benjamin Button, el hombre que nació viejo y murió siendo un bebé; veamos si no: Díaz debutó en primera división jugando para Avellino de Italia. Más tarde fue transferido a River Plate, donde con su padre como entrenador, llegó a formar parte del plantel profesional y a jugar algunos partidos. Cuando el DT abandonó la institución de Nuñez, su hijo fue transferido a Talleres de Córdoba, un grande pero del interior del país y a medida que pasaba el tiempo fue bajando de categoría para pasar por Defensa y Justicia, Platense y Defensores de Belgrano, instituciones que nos consta que registraron su paso, pero que no guardan ningún testimonio de ello.

Tras un fugaz paso por San Lorenzo (con su padre como entrenador otra vez), Díaz marchó al exterior en busca de una mejora donde dejó sus huellas en el club San Luis de Puebla, filial del América de México donde ¡oh casualidad! su papá era entrenador por ese entonces. Su última aparición pública dentro de una cancha de fútbol profesional, se dió dando una prueba para el team del "New York Red Bulls" en unos partidos amistosos que este equipo disputó en una gira por Buenos Aires (foto).

Así es la curiosa historia de este jugador que a los 26/27 años, edad que la mayoría llega a la maduración futbolística, parece que abandonó definitivamente la actividad. No importa, la generosidad del fútbol no solo le brindó un buen pasar económico proveniente del acaudalado bolsillo que bien supo ganarse su progenitor, sino que también le brindó la oportunidad de jugar en varios clubes, de los más reconocidos de nuestro país y del mundo. Por eso, cuando Emiliano Díaz lea esta reseña y vea el film "El Curioso caso de Benjamin Button", sonreirá de lado y exclamará: ¡quién me quita lo bailado!