Existe un refrán muy repetido en Argentina que dice:
"Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires". Y esta máxima popular no hace mas que reflejar lo que a diario viven muchísimos habitantes de nuestro bendito país: las cosas grandes, las mejores, las mas importantes y necesarias, históricamente "se cocinan" en la capital, nos guste ó no.
El fútbol argentino no es la excepción. Con el ente madre (AFA) ubicado en el corazón de la urbe porteña y los clubes fundadores y mas pesados emplazados en la misma geografía es lógico que, como tantas otras cosas, el deporte mas popular del país tenga su centro en Buenos Aires y alrededores, con ramificaciones en algunas capitales ó ciudades muy importantes de provincia como Córdoba, Santa Fe ó Rosario y sean los habitantes de aquellos lugares los que puedan disfrutar mas asiduamente de la pasión que el fóbal genera.
Los viejos Torneos Nacionales fueron una manera de acercar la Primera División hacia zonas que no podían disfrutar de ella, pero fue a mediados de los años 80´cuando una fuerte reestructuración acomodó la competencia hasta dejarla casi como hoy la conocemos y para que, poco a poco, se vayan insertando clubes de todo el país a la actividad grande. De esta forma, con el correr de los años pudimos ver equipos de casi todas las latitudes del país, como Tucumán, Mendoza, San Juan, Corrientes y hasta de ciudades pequeñas como Tres Arroyos ó Rafaela, mezclándose con los históricos. Pero el caldo de cultivo ideal se produjo en la segunda división, donde actualmente se ha conformado una verdadera competencia federal que llegó a inmiscuir a los mismos gobiernos provinciales como sustento de equipos, jerarquizando los torneos.
El año 2011 marcó un quiebre en la relación Futbol-Federalismo, por varias razones. La principal es la molestia que causó en la AFA la irrupción de Daniel Vila para disputar la presidencia del organismo. Vila, presidente y sustento principal del Club Independiente de Mendoza, intentó llegar al poder autoproclamándose el representante de la gente del interior del país y levantando las banderas de la igualdad. A partir de allí, si bien el proyecto Vila no prosperó, los dirigentes de la Asociación (instados ademas por el gobierno nacional y el "Fútbol Para Todos") decidieron fomentar la actividad en las provincias. Primero, promoviendo a ciudades del interior como sub sedes de la Copa América y luego con la reinstauración de la Copa Argentina que también traslada los partidos a lugares donde no juegan equipos de Primera, como Salta ó Catamarca.
El golpe de gracia se dió solo y fue deportivo. El descenso a la B Nacional del gigante River Plate, acompañado de otros equipos de peso como Gimnasia de La Plata, Huracán y Quilmes, recategorizaron el torneo e hizo que estos equipos comiencen un derrotero por todo el país y todas las miradas estén atentas a lo que allí ocurría.
Y lo que pasó, no fue otra cosa que lo esperado. Los amantes del fútbol vieron por primera vez como este deporte, ese que veían por TV, escuchaban e imaginaban por radio ó repasaban por revistas, ahora estaba en vivo y en directo. Sus equipos, los de Primera ó la selección, llegaban por primera vez a su casa y se vistieron con sus mejores pilchas para recibirlos, demostrando las ganas de ser, pertenecer y disfrutar lo que por tantos años vieron desde lejos.
La prensa y los actores (jugadores, dirigentes, cuerpos técnicos) se asombran de ver los recibimientos a los equipos, las calles repletas, la alegría de la gente y tal vez no entienden la dimensión de lo que significa para un habitante de una ciudad del interior poder disfrutar de un partido de Primera. Entonces lo remarcan en cada aparición, lo fomentan y piden revivirlo alguna vez. El fútbol se está derramando de a poco hacia las provincias, la gente del interior los está disfrutando y a su vez las personas que se encarga de su armado se dió cuenta que el interior también existe, aunque estuvo siempre.
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