HIJOS ADOPTIVOS

La identificación de ciertos jugadores con distintos equipos es algo muy común en el deporte en general y mucho mas en el fútbol. Tipos que nacieron futbolísticamente en un club y brillaron ó tuvieron una destacada actuación con esa divisa, son recompenzados con el amor eterno de los hinchas que lo recordarán por la eternidad. Players como Bochini en Independiente, Ratín en Boca ó Juan Sebastián Verón en Estudiantes son algunos ejemplos de  los que nombrábamos antes.

Pero el amor del hincha por sus colores es muy pródigo y se dan casos en que los fans adoptan como propio a un jugador que llega desde otro club, con mas o menos prestigio, siempre y cuando este se brinde con actuaciones que salen de lo común. De esta forma, podemos encontrar gran cantidad de ejemplos de hombres provenientes desde un club, y hasta de otro país, que logran el reconocimiento eterno y la identificación con otros colores, que no fueron los originales en su vida deportiva.

Luis Fabian Artime fue un centrodelantero que surgió en Ferro y pasó por Independiente hasta que llegó a Belgrano de Códoba. Allí pudo lograr buenas actuaciones que lo identificaron rápidamente con los hinchas celestes con quienes surgió un idilio que se mantuvo en el tiempo, perduró mientras el jugador vistió otras casacas y tuvo su eclosión en las cuatro etapas en que actuó para el club cordobés y se convirtió en el máximo goleador histórico de la institución. Todavía hoy es un referente, vive en La Docta, y es permanente hombre de consulta del club.

Un caso similar vivió Esteban Oscar Fuertes, que surgió en Independiente y deambuló por seis años hasta que llegó a Colón de Santa Fe en 1997. Allí, consigió la notoriedad necesaria para hacerse ídolo de la afición y para construir una carrera que lo llevó a otras instituciones pero con la convicción de volver siempre al "Sabalero" donde cumplió cinco etapas diferentes y se convirtió en el goleador histórico del club.

De esta forma, podemos hacer una inmensa lista de jugadores "adoptados" e identificados con un club: desde Enzo Francescoli en River, Martín Palermo en Boca, Javier Zanetti en el Inter de Italia, José Chilavert en Velez; pasando por Pedro Troglio en Gimnasia de La Plata, Bernardo Romeo en San Lorenzo y podemos llegar hasta un Rubén Forestello en Atlético de Rafaela. Lo cierto es que la avidez de ídolos de los hinchas los lleva a abrir su sentimiento para darle cobijo a esos jugadores que están dispuestos a entregar todo por los coleres, tal como hace una madre con sus hijos del corazón.