viernes, julio 09, 2010

OBDULIO

Una de las máximas gestas en la historia de los mundiales de fútbol es, sin duda alguna, la del famoso "Maracanazo" de 1950. Como ustedes saben ó recordarán, en aquella oportunidad el equipo de Uruguay le ganó 2-1 en la final al local Brasil, convirtiéndose por segunda vez en su historia en campeón y frustrando al conjunto verdeamarelho que venía con un paso arrollador en la competencia, aprovechando el fervor del público y su clásico buen juego.
En aquel famoso partido, hubo una figura charrúa que se destacó por sobre todas. Fue su capitán Obdulio Varela, un "centrojás" que por entonces acusaba 33 años, de buen porte y voz de mando, quien antes de comenzar el match arengó a sus compañeros y los juramentó: "cumplidos, sólo si somos campeones" dicen que dijo. Ya durante los noventa minutos, el cinco celeste manejó los tiempos del partido y los hilos de su equipo. Primero para sacarles presión a los suyos, luego para poner nerviosos a los rivales y en definitiva para comandar los ataques que devinieron en los dos goles con que su equipo ganaría y se metería para siempre en la Gloria.
Pero lo que pocos conocen es el pensamiento y opiniones de ese Gran Capitán sobre aquellos hechos, luego de que el partido finalice, de que la gente se haya olvidado del tema y de que el tiempo, como siempre, haya hecho su trabajo. Por eso en esta oportunidad les acerco las vivencias contadas por el mismísimo Obdulio Varela, extraídas de una nota que le hizo Osvaldo Soriano en 1972:
- "Cuando fuimos a la final, nadie dudaba que ellos nos aplastarían. Tenían un cuadro bárbaro y todos esperaban que ganasen. Podíamos decir que nosotros jugábamos contra todo el mundo."
- "Un dirigente uruguayo dijo que juguemos tranquilos, que ellos se conformaban si perdíamos por no más de cuatro goles...que tratemos de evitar el papelón..."
- "Cuando íbamos por el túnel les dije a mis compañeros: no miren para arriba. Nunca miren a las tribunas, el partido se juega abajo...Era un infierno".
-"...Cien mil personas silbándonos. Después, cuando tocaron los himnos, la gente aplaudía. Ahí les dije: vieron como nos quieren. Esta gente nos quiere mucho..."
- "Al juez no le dí la mano...después dicen que uno anda chupando las medias del que manda en el partido"
- "A los seis minutos nos metieron el gol. Yo quería reclamar Off Side en la jugada porque el linesman había levantado la bandera y luego la había bajado, pero antes tomé la pelota y fui caminando a la mitad de la cancha. Por primera vez miré para arriba a ese enjambre que festejaba el gol. Yo sabía que el juez no atendería mi reclamo, pero tardé un montón en llegar al medio. Cuandó llegué, ya se habían callado los festejos. Pedí un traductor y mientras éste venía, yo le reclamaba a juez. Así pasaron otros dos minutos. ¡Las cosas que me decían los brasileños! Me insultaban de todos lados, un jugador vino a escupirme, estaban furiosos...pero yo, nada. Ellos querían ver su máquina de hacer goles, pero yo no los dejaba arrancar."
- "Cuando empezamos a jugar de nuevo, ellos estaban ciegos. No veían ni su arco de lo furiosos que estaban. Entonces nos dios cuenta que podíamos ganar el partido. ¿Cómo? Es que el jugador debe ser como un artista: dominar el escenario. Uno sabe que en una cancha extraña no lo van a aplaudir por mas que haga buenas jugadas. Entonces tiene que imponerse de otra manera, dominar al rival, al público y a sus compañeros."
- "Cuando hicimos el segundo gol, no lo podíamos creer. ¡Campeones del mundo nosotros, que veníamos jugando tan mal!"
- "En Brasil había duelo, era una desolación. Las cajas de cañitas voladoras, flotaban en el mar. A la noche salí con el masajista a recorrer boliches y tomar unos chopps...toda la gente estaba llorando. Parecía mentira, toda la gente con lágrimas en los ojos. En eso entró un grandote que lloraba como un chico y decía: Obdulio nos ganó el partido, y lloraba mas aún. Me dió lástima"
- "Ellos habían preparado un carnaval para esa noche y se lo habíamos arruinado. Según el grandote, yo se los había arruinado. Me sentía mal...tan amargado como él."
- "Hubiera sido lindo ver ese carnaval. Semejante festejo de algo tan simple. Nosotros habíamos arruinado todo y no habíamos ganado nada. Teníamos un título pero, ¿qué es eso ante tanta tristeza?
- "El dueño del bar se acercó a nosotros con el grandote que lloraba. Nos presentó y pensé que me mataba. En cambio me abrazó y siguió llorando. Luego me invitó a tomar unas copas con él. Queremos tomar para olvidar, me dijo ¡¿Cómo no iba a aceptar?! Estuvimos toda la noche chupando en los boliches. Si tengo que morir que sea aca, me dije....y acá estoy, sanito todavía."
- "Si ahora tuviera que jugar esa final, me hago un gol en contra. Si señor."
-"Lo único que ganamos al conseguir ese título fue darle lustre a los dirigentes de la Asociación Uruguaya de fútbol. Ellos se hicieron entregar medallas de oro y a los jugadores le dieron unas de plata. ¿Usted creeo que se acordaron alguna vez de festejar ese título ó algun otro de los que conseguimos? Nunca. Nosotros los festejamos por nuestra cuenta. No queremos ni acordarnos de los dirigentes.

Obdulio Varela. Sin dudas un grande. Y como alguien dijo alguna vez: no hace falta ser maestro para enseñar.

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