PIDO GANCHO: WALTER SILVANI

ME DEFRAUDASTE
"CUCURUCHO" Si, llegó el momento. Dedicado para los que me conocen y lo estaban esperando y con el permiso de quienes ni saben quien soy y por casualidad estén leyendo ésto; como si fuera una charla con mi psicólogo, voy a hablar de WALTER GUSTAVO "CUQUI" SILVANI.

Corría el primer semestre del año 1991 y Pasarella, agrandado en su puesto de DT de River Plate debido a un par de campeonatos obtenidos y por haber hecho debutar a unos juveniles que andaban muy bien, decide promover a primera división a un delatero alto, desgarvado, pelilargo que no era otro que el personaje que hoy nos ocupa.

Si bien ni yo ni nadie teníamos referencias de este jugador, al verlo en sus primeras actuaciones poniendo voluntad, yendo a cada pelota, matándose dentro de la cancha y teniendo en cuenta su físico, hice una rápida (demasiado rápida) comparación con el delantero de moda de ese momento que era el gran Gabriel Batistuta. Y me apuré; y no tuve mejor idea que en una charla de amigos decir: "yo al que le tengo fe, es a ese pibe Silvani". ¡¡¡¡Para qué!!!! Mis amigos me defenestraron...me dijeron que era imposible, que ese muchacho no tenía condiciones, que era de madera y que se yo cuantas cosas más. Pero como a mi de orgulloso y terco hay pocos que me ganen, desde ese momento tomé a Walter Silvani como mi protegido, mi esperanza de demostrarles a éstos que el que sabía "mirar" el fútbol era yo. Y me equivoqué.

¿"Cuqui" era habilidoso? No. ¿Era de esos goleadores de área que la tocan una vez por partido? No. ¿Era veloz? No ¿Era carismático? Menos. Walter Silvani fué un protegido de su representante, de Pasarella y de la prensa obsecuente del Kaiser. Tuvo muchísimas oportunidades de jugar en River, cuando todos esperábamos el despegue definitivo pero él se quedó carreteando toda su carrera.

Más tarde la generosidad del fútbol y la habilidad comercial de quien lo representaba lo llevó por Argentinos Juniors, Universidad de Chile, tres clubes de poco renombre de España, un par de equipos mexicanos, Newells, Estudiantes, y terminó robando por Arabia Saudita y Uruguay. En ningún club se afianzó como titular indiscutido y ni hablar de ser el goleador que todos esperábamos que alguna vez fuera. Tuvo, como dice Fito Páez, dos "touch" de gloria: el primero en el año 1993 en un torneo organizado por AFA llamado Centenario en el que marcó un gol a Boca eliminándolo de la competencia y el segundo en el Pachuca de México cuando con un "chutazo" de media cancha hizo el gol que le dió la victoria en la final del campeonato (aunque sus detractores dicen que quiso rechazar). Como contrapartida a ésto, recuerdo que tuvo varios papelones en canchas de fútbol, sobresaliendo ése que hizo en España cuando al festejar un gol, se cayó dentro del foso con agua que separa la cancha de la tribuna.

En el año 2003, tuve la oportunidad de verlo jugar en vivo. Fué en un Atlético de Rafaela - Newells. Ahí decidí darle la última oportunidad. Pensé "si hace un gol hoy, tengo tema para refregarles en la cara a todos los que lo critican". Ni hizo un gol y jugó horrible saliendo reemplazado a los 15 minutos del segundo tiempo. Una vez más, Walter Silvani me había defraudado.

Bueno señores, esa es la cruel historia del Cuqui Silvani y de cómo influyó en mi vida. Ahora me pregunto: ¿No querrá Passarella ó el representante de Silvani apadrinar este blog?