jueves, agosto 24, 2006

HOMBRES DE NEGRO


Ser árbitro de fútbol no es tarea fácil. Yo diría que es una de las cosas más ingratas que tiene este deporte y mucho más en nuestro país donde los nativos somo pasionales, no nos gusta mucho respetar la ley, vemos conspiraciones mafiosas donde no las hay y, además, el balonpié es casi un tema de estado.

El referee (tal su nombre original) es quien debe "impartir justicia" en un partido, pero corre con grandes desventajas que se agrandan a medida que avanza la tecnología. Quien se plante a "dirigir" un partido debe ser conciente a apenas cobre alguna falta, el equipo perjudicado en su totalidad protestará el fallo, le hablará para convencerlo del error del mismo y si no lo logra por lo menos sentará precedente para la próxima pelota dividida. Además debe ser conciente de que hay un mínimo de 10 cámaras de televisión que segundos mas tarde repetirán la jugada desde 10 ángulos diferentes, con acercamiento milimétrico, telebeam, cámara lenta, cámara rápida, pausa, cuadro por cuadro y demás en donde podrá comprobarse el acierto ó el error en la penalización. Y como si todo esto fuera poco, se suma la hinchada; un mínimo de mil personas que van a estar protestado, insultando, escupiendo, arrojando cosas y acordándose de la madre, la hermana, la tía y hasta de la lora del infortunado juez.

En los últimos años hubo un cambio en la imagen de estos señores. Ahora se visten con ropas de colores, usan banderines a cuadros en lugar de los clásicos amarillos y solferinos, tarjetas ovaladas, y hasta en algunas ligas llevan publicidad en sus camisetas, cosa que no creo que sea posible en nuestro país porque ¿que empresa va a querer auspiciar a un árbitro?

No señor, ser árbitro no es cosa fácil. Ya sé que, como en todos los ámbitos, los hay buenos y malos pero a la hora de la crítica debemos ser concientes del amor que tienen por el fútbol estas personas para hacer lo que hacen. Y eso es algo que los del tablón no podemos obviar.

EL NUEVO SHERIFF

Luego de la eliminación de Argentina en el último mundial, los futboleros de nuestro país tuvieron un premio consuelo: seguir el desempeño del árbitro Horacio Elizondo, que a la postre sería el mejor del torneo y marcaría un récord estadístico al dirigir cinco partidos en el campeonato entre los cuales se incluían el de apertura y la final.

Ya de regreso a nuestras canchas, Elizondo llegó convertido en una cuasi "estrella" por su destacada actuación mundialista y ha producido un cambio en los protagonistas del fútbol criollo:

Ahora cuando entra a una cancha, en lo que seguramente es el partido más importante de la fecha, los hinchas han olvidado esa casi ancestral costumbre de silbarlo por las dudas y lo aplauden, los dirigentes de los clubes le regalan plaquetas de felicitiaciones, los jugadores no le protestan tanto los fallos y hasta los periodistas no discuten sus sanciones llegando al extremo de que en el último partido que dirigió amonestó a ¡doce jugadores! y el relator de la TV acataba comentado: "...no se están portando bien los muchachos..."¿Todos habían sido bien amonestados?

Y él mismo referí ha tenido cambios de conducta ya que ahora parece mucho más celoso del orden imperante alrededor de la cancha, amonesta con más facilidad, sigue las jugadas de cerca y trata de dictar cátedra hablándole a los jugadores cuando comenten una falta, pareciéndose cada vez más al ya auto-retirado Javier Castrilli. Habrá que ver que pasa si, como su antecesor, sus fallos comienzan a perjudicar a los equipos grandes.

Tardías felicitaciones Elizondo. Ahora volvé a ser el que eras que así te fué bien y para que vayas recordando te dejamos un mensaje que seguramente ya habrás escuchado alguna vez: "Referí, referí...de la cancha no salís..."

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