¡FUERA DE AQUI!
Todos sabemos que la carrera de los jugadores de fútbol no es para nada fácil porque si bien ser un profesional de este deporte en la elite puede entregar grandes beneficios económicos y de reconocimiento popular, el llegar a este punto exige un gran esfuerzo, dedicación y también una dosis de suerte.
Y digo suerte porque no sólo basta con que el jugador posea ciertas cualidades, se entrene todos los días para mejorarlas, pula los defectos y tenga buen estado físico; cuide el cuerpo de los excesos, si no que tambien es necesario que se tope en su carrera con gente que esté dispuesta a ayudarlo, a enseñarle y a darle una oportunidad a ese jugador joven jugador que tiene ansias de demostrar lo que sabe.
Es muy común en el mundo fútbol que los clubs se desvivan por tener una buena base de Divisiones Inferiores ó Juveniles (como le gusta decir a Don Julio) ya que de ahí surgirán los cracks del mañana y ya es casi habitual que organizen reclutamientos para captar nuevas esperanzas para sumar a sus planteles menores. Por lo tanto, se llaman a cientos de pibes que se matarán para ganar un lugar y la confianza del reclutador que observará su rendimiento dentro y fuera de la cancha para saber si son aptos ó no para la práctica del balompié. Pero, ¿que pasa si el día de la gran prueba algún jugador se levanta con la pata izquierda? ¿Y si el que no está apto es el reclutador?
Y hasta aquí quería llegar, ya que existen innumerables casos de jóvenes que alguna vez fueron bochados de algun reclutamiento pero luego se convertirían en grandísimos jugadores y tal es el caso del unos de los clubes más grandes del país, y siendo uno de los que más y mejores jugadores de inferiores promueve, River Plate, que en su historial tiene también grandes y costosísimas negativas como las que le dió a Roberto Perfumo (quien más tarde se daría el gusto de jugar en ese club), Jorge Burruchaga, Juan Riquelme y Sergio Agüero por parte de algún DT que no supo verlos, y se dió el gusto de rechazar a Lionel Messi por sus dirigentes negarse a pagar los $ 10.000 mensuales que costaba el tratamiento de crecimiento al que debía someterse por un año. ¿Cuántas satifacciones deportivas podría haber entregado este jugador y a cuanto hubieran podido vender su pase? Eso nunca lo sabremos.
Aldo Pedro Duscher estaba destinado desde su nacimiento a ser futbolista profesional en Rosario Central, ya que su padre fanático hincha de los canallas ya lo bautizó con el nombre del ídolo de éstos Aldo Pedro Poy. Pero cuando Duscher fué a la famosa pruebita no quedó y tuvo que probar suerte en el acérrimo rival, Newells, cosa que resultó exitosa y desde donde se catapultaría a jugar en primera división, la selección nacional juvenil y de mayores y el fútbol europeo. Otra perlita que adorna la galería de rechazados canallas son las de Angel Comizzo que fué bochado por el mismísimo Angel Zof de Rosario Central con una amable "nene, usted no sirve para esto" demostrando que Zof es humano y a veces se equivocaba y que Comizzo es un cabeza dura que no quería ser albañil como el padre.
Como Rosario siempre estuvo cerca, Américo Gallego decidió ir a probar suerte a Newells luego de ser rechazado por el ignoto club Ferrocarril del Estado de la ciudad de Rafaela y tuvo más suerte de la que tendría años más tarde Nery Cardozo al que los leprosos no dieron cabida pero afortunadamente fué rescatado por Boca quien sí supo ver las condiciones de quien más tarde sería campeón mundial juvenil con la selección nacional, al igual que cuando se animó a invertir el dinero necesario para comprar el barato pase del joven Carlos Tévez, promesa de All Boys que había sido rechazado por el reclutador de Velez Sarsfield.
Pero no siempre los encargados de seleccionar a los futuros jugadores del club se equivocan y a veces sus ojos clínicos aciertan y sus rechazos abren las puertas a que esos jugadores frustrados busquen nuevos horizontes mas o menos alejados del fútbol y encuentren su lugar en la sociedad cumpliendo otras actividades tal los casos de Sebastián "El Pollo" Vignolo que luego de no tener lugar en Lanus, se convirtió en un buen relator, o del rechazo que sufrió Miguel Del Sel en su querido Unión de Santa Fe que lo llevó a dedicarse a su profesion de Profesor de Educación Física y más tarde a la actuación ó la más graciosa que vivió un tal Fabián Gomez en Instituto de Córdoba cuando le pegó un pelotazo a la figura del equipo de primera, Oscar Dertycia, y al ser hechado del club, se fué cantando bajito una canción que había aprendido en un campamento y que decía algo así como "Chu Chu Ua Ua Ua" y que años más tarde lo haría famoso ya en su rol del payaso Piñon Fijo.
Como conclusión podemos decir que en el fútbol no hay nada escrito y que nadie tiene la verdad absoluta. Pero es una conclusión muy pedorra, así que prefiero cerrar este post pidiéndoles que me ayuden a terminarlo tal como le pedí ayuda a Guillermo Tagliaferri para la confección del mismo. Ahora me voy a tomar un café y a esperar sus Comments. Yo ya escribí demasiado.
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