INESTABLES

Nuestro querido fútbol se encuentra actualmente enredado en la vorágine que envuelve a todo el quehacer diario de cualquiera de nosotros. Es así que los hinchas de los equipos exigen buenos resultados a pesar de ser concientes de que los dirigentes estuvieron debatíendose hasta último momento para tratar de formar un equipo competitivo gastando la menor cantidad de recursos posibles ó recursos que ni tenían con tal de satisfacer aquella exigencia. Y en ese marco encontramos equipos formados una semana antes de empezar la competencia oficial, con jugadores provenientes de quien sabe donde traídos por empresarios aun más desconcidos, que como es de suponer trae aparejado el mal funcionamiento colectivo de la escuadra y por consiguiente la destitución del Director Técnico.

Al día de hoy en nuestro país se llevan jugadas nueve fechas en las dos divisiones más importantes: Primera A y B Nacional y en la máxima categoría nos encontramos con que ya cuatro equipos han cambiado sus DT: Belgrano, Rosario Central, Colon y Quilmes. Pero la estadística se hace más grande en la B donde nos encontramos con que siete equipos ya han cambiado de entrenador: Talleres, Huracan, Aldosivi, Ferro, Ben Hur, Villa Mitre y Platense sumándose tres más que están en la "cuerda floja" como los de Almagro, Tiro Federal y Huracan de Tres Arroyos que si les llega a ir mal el próximo fin de semana serán destituídos y marcarán un record de diez técnicos en diez fechas ¿No es demasiado?

Si nos ponemos a analizar fríamente los motivos de esta inestabilidad laboral vemos que las causas son varias y compartidas no sólo por la avidez de resultados de dirigentes e hinchas de la que hablábamos antes si no que tambien por los mismos profesionales de la estrategia que fomentan este recurso con algunas de sus actitudes.

Ahora nos encontramos con una gran cantidad de entrenadores y es casi moneda corriente que cualquier jugador que se retira de la práctica activa haga un cursito de uno ó dos años (ó a veces ni lo haga) y tome la conducción de un equipo pero ¿son realmente capaces de ponerse al mando de un plantel? La misma abundancia de oferta hace que conseguir trabajo sea cada vez más difícil para estos sacrificados obreros del fútbol y como lógica consecuencia acarrea que cualquier DT toma el manejo de equipos de cualquier categoría sin conocerla, sin saber de los jugadores que la integran, su forma de juego y hasta sin conocer a los integrantes del propio equipo y por ende se van mansamente hacia el fracaso y si por suerte o capacidad propia pueden llegar a hacer una buena campaña la mayoría de ellos no dudarían ni un instante en no cumplir su contrato, abandonar el club e ir a dirigir a otro que le ofrezca una mejor remuneración.

Así es entonces que vemos como esta honrosa actividad de Director Técnico se encuentra cada día más bastardeada por dirigentes e hinchas que los convierten, como se dice habitualmente en los fusibles de las malas situaciones, y también por los mismos profesionales y de ellos, de las actitudes que tomen en sus desiciones, dependerá de que comiencen a respetarlos o continúen degradándolos cada vez más.