PIDO GANCHO: HUGO GATTI

Hugo Orlando Gatti nació el 19 de Agosto de 1944 en la ciudad de Carlos Tejedor y con solo 18 años de edad debutó como arquero del primer equipo de Atlanta. Sus actuaciones rápidamente llamaron la atención del club River Plate quien dos años mas tarde compró su pase pagando una gran suma de dinero para que sea el suplente de Amadeo Carrizo, con quien terminó alternando la titularidad. En el año 1969 fue transferido a Gimnasia y Esgrima de La Plata, equipo donde se terminó de consolidar y que le sirvió para hacerse realmente conocido por el público y donde actuó cinco años más. En 1975 fue contratado por Unión de Santa Fe donde fue fundamental en la obtención del subcampeonato Nacional que perdieron frente a River por diferencia de gol y que constituyó la mejor actuación de los santafesinos en torneos de primera división. Un año más tarde, fue contratado por Boca Juniors por exclusivo pedido de su entrenador, Juan Carlos “Toto” Lorenzo, que lo había dirigido en Unión y consideraba a Gatti el mejor arquero del momento. Allí se recibiría de ídolo.

Hugo Gatti no fue un arquero más. Dueño de un estilo único, depuró lo que había comenzado Amado Carrizo y el soviético Lev Yasin, y no solo se erigía como dueño del área sino que también se atrevía a salir de ella a cortar ataques rivales ó a generar un ataque con pelota dominada y hasta se animaba a realizar laterales, cosa realmente inusual cuarenta años atrás. Con un físico nada privilegiado para un jugador de su puesto: flaco, desgarvado, sin gran altura y con unas piernas largas que parecían quebrarse al caminar, Gatti se salió del molde no solo en su forma de jugar sino también en la ropa que vestía dentro de una cancha: buzos multicolores, medias caídas, vincha alrededor de su desordenado pelo largo y hasta pintura debajo de los ojos, como los soldados, para evitar encandilarse con el sol. Por esas excentricidades, la gente rápidamente lo apodó “El Loco”.

Son innumerables las anécdotas que tiene este personaje del fútbol, que ama hablar de él y es dueño de una soberbia que cae graciosa en los demás. Dijo alguna vez: “Yo nunca escuché un consejo de Amadeo Carrizo. Lógico, si yo sabía más que él”. Capaz de bautizar a su hijo con el nombre de su ídolo deportivo: Lucas Cassius, en homenaje a Cassius Clay, y en los mismos partidos de aparecer vestido con buzos de color rosado, de “sobrar” a sus rivales con la pelota ó desafiarlos a que le metan un gol, de sentarse a tomar sol apoyado a un palo en medio de un match en que le llegaban poco, como de dar un pase a un compañero haciendo rebotar la pelota contra el travesaño de su propio arco ó de llevarse una petaca con wiski para ir tomando en un partido jugado una noche de mucho frío. En el año 1981, cuando Boca Juniors había armado aquel fenomenal equipo con Diego Maradona, “El Loco” no pasó un buen momento y perdió el puesto a manos de su suplente, Carlos Rodríguez. Promediando la segunda rueda, volvió a la titularidad en un partido frente a Estudiantes de La Plata y, a pesar de cometer un error que fue subsanado por un defensor en la línea, minutos más tarde salió de su área para cortar un pase largo y con pelota dominada llegó hasta la mitad de cancha, cediendo el balón a Perotti que marcó el único gol del partido. Todos corrieron a abrazar al arquero porque así era Gatti, el dueño de todas las miradas, el centro de la escena a pesar de estar en la punta de una cancha.

Como saldo deudor en la carrera de este jugador podemos nombrar la lesión nunca aclarada que lo marginó del Mundial 1978 y decir que su estilo de juego le valieron recibir algunos goles “tontos”, cosa que terminó marginándolo del fútbol profesional, aunque según él “un arquero no se recibe de tal, hasta que no le hacen 100 goles pavos”. En su haber ostenta el record de penales atajados (26, junto a Fillol), ser el jugador que más partidos oficiales disputó (736 encuentros), el record de haber jugado hasta los 44 años, ser el creador de “La de Dios” (jugada en la que él salía a achicar arrodillándose, extendiendo sus brazos, poniendo el pecho y tapando todo el arco y que es usada por los arqueros de hoy), la idolatría que trasciende los colores de Boca, los títulos ganados con el club de la Rivera (tres campeonatos locales, dos Libertadores y una Intercontinental), y el recuerdo de ser el mejor exponente de un estilo de jugar alegre y desdramatizado pero a la vez efectivo.

Actualmente columnista del Diario As de España, con un estilo muy frontal y mordaz ,todavía Hugo Orlando Gatti a sus casi 64 años de edad sigue hablando de él y dice estar esperando ofertas para volver a jugar profesionalmente ya que se siente y es el mejor de todos los tiempos. ¿alguno de ustedes se atreve a discutirlo?