CASI TODO ESTÁ COMO ERA ENTONCES

Una de las vedettes del segundo semestre de la temporada futbolística del 2009 fue la televisación. Como ustedes ya saben, luego de más de 20 años, se revocó el contrato que unía a AFA con Torneos y Competencias y se le otorgaron los deseados derechos al Estado Nacional.

Así es que a partir de Agosto, los del tablón comenzamos una etapa hasta ahí inédita: la del fútbol gratis para todos y por ello algunas cosas cambiaron y otras parecieron cambiar aunque siguieron igual.

Como argentinos, es una buena noticia saber que los clubes recibirán más dinero (merecidamente) por el producto y que no debamos abonar un plus para ver jugar a nuestro equipo favorito ó la definición de un campeonato. Pero duele conocer que desde que el actual concecionario oficial se hizo cargo de las transmisiones, el costo de producción de éstas extrañamente se incrementaron en un 25% (a pesar de que es la misma empresa que presta el servicio) y que la pauta publicitaria nunca llegó a cubrir el costo, por ende, para las arcas estatales hubo una considerable pérdida económica, echando por tierra las palabras de la Presidente de la Nación que aseguraba que el gobierno no iba a subsidiar al fútbol sino que iba a participar del enorme negocio que éste genera.

Para los televidentes / fanas del fútbol las cosas no han cambiado en demasía. Un cambio en las caras y voces que se encargan de relatar y comentar los partidos (con el regreso de varios desaparecidos como Araujo, Ricardo ó Codro), un poco menos de calidad en la cantidad de imágenes obtenidas, la posibilidad de tener los goles libres y a cualquier hora (lo que hace que los de los partidos que se juegan los viernes los repitan unas 30 veces) y el saber que ahora al tiempo adicionado le dicen tiempo recuperado. El resto, solo enroques que siguen con lo peor de la televisación y molestan en demasía: programación de partidos a cualquier día y hora, publicidades que tapan las imágenes ó llegan a cubrir el 30/40% de ésta con un zócalo (ántes podía ser con Vino Toro, ahora con las obras de cualquier Ministerio), y hasta las demoras en empezar los partidos (antes por publicidad pautada, ahora para mostrar las imágenes de la Presidenta asistiendo a un velorio).

En definitiva, la televisación del fútbol luego de cambiar de manos no ofreció casi nada nuevo ni mejor a los fanas del fútbol. Pero la pelota sigue rodando y el negocio y repercusión que ofrece es gigantesco, lo que hace que todavía tengamos para rato del fútbol para todos, salga como salga y cueste lo que cueste.