jueves, marzo 09, 2006

FE, CÁBALAS Y BRUJERÍA.

El equipo entra a la cancha. Mientras el director técnico, parado en la puerta del túnel, le da una palmada en el pecho a cada jugador; el masajista sale corriendo hacia el banco de suplentes con una imagen de la Virgen de Guadalupe. Caminan hacia el campo de juego. El capitán del equipo encabeza la formación con la pelota en la mano, más atrás el defensor central besa la medallita con la cara de Jesús, el volante derecho se cuida de pisar el cesped por primera vez con la pierna derecha, no como el marcador de punta, que antes de entrar dá dos saltitos con la izquierda antes de pisar con la diestra. Cuando llegan al círculo central, el número nueve pide la pelota y patea hacia el arco convirtiendo un gol. Se forman para la foto. Aguirre, el volante izquierdo, espera hasta que estén todos acomodados, los rodea al trotecito y se ubica en la punta, justo cuando se dispara el primer flash. Al terminar con ésto, la formación se dispersa y el arquero corre hacia el arco y cuando llega salta tres veces tocando el travesaño mientras que uno de sus compañeros le pide una visera al kinesiólogo y se la alcanza. Se ubican en sus puestos, el volante central se acomoda la remera con la foto de sus hijos que usa debajo de la camiseta, suena el silbato mientras el delantero que mueve la pelota se persigna dos veces consecutivas. Y empieza el partido.
Para cualquier persona éstas imágenes no significan nada pero los habitantes del tablón nos damos cuenta inmediatamente que en la situación que describí antes se cumplieron no menos de diez ritos de cábalas y de fe que son muy comunes en los planteles de fútbol.
¿ Y por qué se dá este fenómeno? Porque a nadie le gusta perder. Y se recurren a todos los artilugios posibles para conseguir la victoria. No basta con estar bien entrenados, concentrados y convencidos. Tiene que haber algo más, y si ese algo es místico, mejor.
Están los creyentes. Esos que se encomiendan a Dios, a los santos y a las vírgenes. Que llevan remeras estampadas, o medallas. ó tatuajes con leyendas tales como "Jesus me ama" y la besan cada vez que algo les sale bien.
Están los cabuleros. Son los que practican infinitas acciones que repiten una y otra vez en cada partido si en el último les salió bien. Y los DT no cambian la ropa del último domingo, y otros se afeitan antes de los partidos. Y algunos usan el anillo de compromiso (de paso lo besan si hacen un gol) ó la muñequera que utilizaron para protegerse de esa lesión tres años atrás cuando salieron campeones.
Y están los que creen en brujerías. Y consultan a videntes, parapsicólogos, astrólogos, tarotistas y chamanes que leen las líneas de la vida y prometen trabajos limpios, sin secuelas, magia blanca, magia negra y de paso sirve para que regrese el ser amado.
Los hinchas no son menos. Contagiados por esta "moda", besan rosarios, hacen promesas y rezan mientras se tocan el testículo izquierdo que está debajo del calzoncillo azul desteñido que usó durante todo el Mundial 90, tratando de que esa conjunción de cosas ayude al equipo.
Son innumerables los casos que encontramos en el fútbol de nuestro país en los cuáles los protagonistas recurren a éstas prácticas de... ¿fe? Bilardo, Basile, el masajista "Galíndez", Goycochea, Santana, la hinchada de Racing y hasta aquellos dirigentes de Quilmes que contrataron una bruja para ascender y les salió el tiro por la culata son los mayores exponentes, en todos los rubros antes mencionados, que se me ocurren en este instante. Y hasta ustedes mismos seguramente en este momento estarán sonriéndose mientras leen ésto y recuerdan sus propias cábalas y ritos.
Yo no quiero interrumpirlos. Los dejo con sus recuerdos mientras me voy a apagar el sahumerio de lavanda que enciendo siempre antes de ponerme a escribir.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Por favor, estamos hablando del fútbol y sus derivados. Obviar comentarios sobre simples recovecos lingüisticos que son usados sólo para adornar el escrito. Antes de expresar alguna idea, por favor, relea el encabezado del blog y cuidemos las formas. Me extraña de usted Sr. Diego.
(Además mi calzoncillo era color bordó y lo quemé cuando perdimos contra Alemania)

10:08 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estoy buscando una càbala para la selección, pero no hay caso desde el mundial 2002 que no la hallo; eso ha debilitado abruptamente mi firme convicción en las cábalas.

3:58 a. m.  

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