miércoles, febrero 21, 2007

LA LEY DEL EX

Como todos sabemos y ya dije en veces anteriores, jugadores de fútbol hay a montones y casi como una característica de su profesión la mayoría de ellos se pasan por varios equipos durante su carrera. Los hinchas argentinos, debido a nuestra indiosincracia pasional, siempre llevamos a identificar a los jugadores con algún club y buscamos eso tambien en nuestros equipos, al "referente" quien generalmente es el que juega bien, hace mucho tiempo que está ó porque "nació" futbolísticamente en la institución de nuestros amores.
La consecuencia de la diversidad de equipos en las que actúan los players es que a veces un referente de un club va a jugar a otro que participa en la misma liga y por lo tanto los hinchas y los cronistas esperan ansiosamente el partido en que enfrentará a las dos escuadras y casi como una mala jugarreta del destino es muy común ver como ese jugador le convierte uno ó más goles a su ex equipo en lo que el gran Juan Pablo Varsky denominó "La Ley del Ex".
Ahora bien, todos entendemos que el jugador es profesional y cumple con su obligación, pero también sabemos que en el fútbol juegan también las pasiones, entonces ¿qué debe hacer este señor luego de convertir el tanto? ¿Gritarlo ó no? ¿Salir en una carrera alocada ó volver silenciosamente al centro de la cancha? ¿Festejar con sus hinchas de cara al alambrado ó mirar a sus ex fans como pidiendo disculpas y misericordia?
Dicen algunos que el gol sin festejo, no esta completo. Otros apoyan la idea basándose en el respeto que debe tener el asalariado por los seguidores del equipo que le da trabajo. Y están los que refutan la idea sosteniendo que el futbolista es una persona con sentimientos y como en el fútbol estos también juegan, deba hacer lo que le dicte el corazón y si eso es pedir disculpas, está bien que lo haga. Ejemplos hay a montones: de un lado tenemos como muestra a Ariel Ortega, Claudio Caniggia ó Alejandro Castro que le convirtieron goles a River y Atlético de Rafaela respectivamente y lo gritaron como Dios manda y por el otro recuerdo al Chipi Barijho y Fernando Belluschi que cuando le marcaron a Boca y Newells miraron a la tribuna, ofrecieron sus disculpas y volvieron al trote y calladitos ó el caso extremo del gran Beto Alonso que jugando para Velez le hizo un gol a River y quedó de rodillas, dentro del arco, llorando.
Sin duda, esta "ley" no escrita del fútbol, nos mete en una encrucijada a todos y abre un pequeño debate en el que yo tomo parte por aquellos que en la balanza hacen pesar más su corazón, sus sentimientos y agachan la cabeza al marcar un tanto porque en el fondo, seamos sinceros, les duele más que a nadie. ¿Ustedes que piensan?

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

me parece bien que cada uno haga lo que siente.yo en particular gritaria el gol con todas mis ganas,ya que como delantero que fui laburaba toda la semana para conseguirlo.citando un caso,me dio pena que un delantero como palermo no grite el gol en la final con estudiantes,salvo que "ya halla sabido" el resultado final.a mi me toco hacer goles jugando para el "9" y para atletico siendo yo del "9" y siempre los grite,aunque de la tribuna me gritaban FRACASADO H.DE P.muy bueno lo del manteca,un gran goleador.

9:17 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Como lamento no haber sufrido en carne propia ese dilema moral...
que lo parió!!!

4:06 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hey Pachi: descubrí tu blog hace poco y la verdad está muy bien, me gustó tanto que agregé un link en el show, copate y que sea mutuo. ;)

http://elshowdelasreconciliaciones.blogspot.com/

5:42 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Anónimo, la verdad que ud me tiene intrigado. ¿Es Ud. Fabián Giordano, Hugo Riberi, Walter Gomez, los tres juntos ó no llegó a primera?

3:29 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

prefiero quedar en el anonimato asi lo dejo a su imaginacion

8:35 a. m.  

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