martes, mayo 15, 2007

RECIOS VS LÍRICOS

Desde que el fútbol es fútbol hubo buenos y malos jugadores, tipos que se destacaban por su habilidad y su juego refinado mientras que otros lo hacían por su vocación a la destrucción, para lo cual utilizaban cualquier arma. Permanentemente, y desde que tengo memoria, siempre se ha enfrentado a estos dos estilos de juego en una dicotomía que, a mi entender, no conduce a nada.

Un lector del blog, decía alguna vez en un comment: “no hay vuelta que darle... delanteros y defensores hablamos distintos idiomas y jugamos a juegos distintos. Como espectador, quiero un 3 a 3 con múltiples llegadas. Como jugador, un cero a cero donde se raspe mucho y se juegue poco.” Pero, ¿es tan así?

Si nos remitimos a los grandes equipos de la historia, veremos como éstos tenían una conjunción casi perfecta de estilos: Argentina en México 86´tenía a Maradona y Burruchaga, pero atrás estaban Ruggeri y Cucciuffo mordiéndole los talones al que se cruce. Boca de 1998 contaba con la exquisitez de Riquelme, los desbordes y asistencias de Barros Schelotto y los goles de Palermo, pero eran sostenidos por Serna y Bermúdez, dos nenes que arrasaban con pelotas y piernas rivales a la hora de defender. River modelo 1986 contaba con Morresi y Francéscoli como abanderados del buen fútbol, pero a la hora de la recuperación contaba con kamikazes como el “Tolo” Gallego ó el uruguayo Gutierrez, un “dos” casi asesino. El mejor resumen es lo que les pedía el DT de ese equipo, Héctor Veira, a sus jugadores: "arriba belleza; atrás Vietnam".

Pienso yo que ambos estilos pueden y deben ser complementarias. Defensores y creativos deben aunarse en un solo equipo para poder lograr lo que Jockey Suaves: “el equilibrio justo”. Confiar unos en otros y ser concientes que el trabajo propio servirá para que su compañero pueda hacer en la cancha lo que mejor le sale. Once picapiedras no hacen un buen equipo, pero once Maradonas tampoco.

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