PIDO GANCHO: SAN LORENZO DE LOS MILAGROS

Cuando los hinchas nos ponemos a repasar la historia de nuestro fútbol es imposible obviar el primer descenso de un equipo denominado “Grande”, que fue como ustedes bien saben, el de San Lorenzo de Almagro.

Es que la década del 80 no lo encontraría bien parado a este club y en sus inicios debido a problemas económicos, llegarían al remate de su estadio ubicado en Avenida La Plata de Buenos Aires y seguido a eso la campaña del equipo de fútbol de primera división fue realmente mala, lo que lo confinó a los últimos lugares de la tabla de posiciones comprometiendo su estadía en la “A” ya que por esos años las pérdidas de categoría se definían por puntos y no por promedios como lo es actualmente.

El 15 de Agosto de 1981 será por siempre recordado como un día nefasto para los Santos de Boedo ya que fue cuando jugaron el último partido de la temporada frente a Argentino Juniors, con la ventaja de que un empate los salvaba del descenso. Miles de hinchas colmaron el estadio en apoyo a su equipo pero no pudieron evitar ni creer lo sucedido: Argentinos ganó 2-1 con el condimento extra de que el arquero de los Bichos, Alles, atajó un penal faltando poco minutos para finalizar el match. Tan doloroso fue el hecho para los seguidores de los azulgranas, que hasta el momento nadie recuerda ó no quieren ni nombrar al jugador que falló en la ejecución de aquel fatídico penal, del cual no encuentro registro alguno.

En el año 1982 San Lorenzo que no tenía cancha propia, contrata a Juan Carlos “Toto” Lorenzo como entrenador quien se encarga de formar un equipo basado en jugadores del club a los que le sumó la experiencia de algunos refuerzos. De esta manera logra una conjunción de nombres que formarían un team realmente explosivo en la categoría y que se mantendría más de veinte fechas sin perder. Los nombres del equipo base eran: Cousillas (aunque en varios partidos fue reemplazado por un tal Quiroga que la rompió debajo de los tres palos), Comelles, Biaín, Moreno y Hugo López; Quinteros, Insúa Batalla; Héctor López, Jorge Rinaldi y Morel (de quien se dice que es el padre del actual jugador de Boca Morel Rodríguez aunque no estoy seguro de ello).

Promediando el campeonato y con el equipo encaminado hacia el título, Lorenzo renuncia para irse a dirigir a Velez Sarsfield y asume en su reemplazo José “el Piojo” Yudica. El cambio de entrenador no influyó en el juego y el equipo siguió siendo “El Ciclón”, demostrando su amplia superioridad en el torneo de la mano del goleador Jorge “La Chancha” Rinaldi, y acompañado por la gran cantidad de hinchas que seguían al equipo jugara donde jugara y en su peregrinación por los distintos estadios donde hacía de local. Tal era el fanatismo que despertaba ese equipo, que se cuenta por ahí que los dirigentes de Velez, no quisieron alquilarle más su estadio porque los jóvenes que asistían a la institución, al ver tanta pasión de la gente y el buen juego del quipo, se estaban haciendo hinchas de San Lorenzo. El seis de Noviembre de 1982 se concreta, por fin, el ansiado retorno del club a Primera División.

Al año siguiente, aunque propios y extraños festejaban el retorno de este grande a la máxima categoría, no se esperaba gran cosa del equipo que mantenía su base del que había ascendido. Pero como siempre, los de Boedo sorprenderían al mundo futbolístico con una gran campaña que al finalizar la temporada lo ubicarían en la segunda posición del campeonato detrás del gran Independiente de Pastoriza, Bochini y compañía. De aquel equipo que todavía dirigía Yudica se recuerdan al goleador Rinaldi, a Perazo que ya asomaba desde el banco de suplentes, el buen juego de Insúa y Madelón y una defensa casi criminal integrada por el cuarteto: Alul, Higuaín, Biaín y Hrabina.

Así es que en pocos años, el Club Atlético San Lorenzo de Almagro pasó de la debacle a casi tocar el cielo con las manos para comenzar con la lenta recuperación institucional y futbolística que todavía hoy está en vías de consolidación, transformándose casi casi diría yo, en el Ave Fénix del fútbol criollo.

N del R: Dedico especialmente este post a mi hermano Checho (sufrido hincha del Cuervo) quien fue de ayuda fundamental para escribir lo que hoy leen; ya sea tanto por los datos que me facilitó y recopiló, como también por atormentarme con los relatos de los goles y los cánticos de la hinchada del Ciclón que me gritaba en la cara cuando éramos chicos.