martes, agosto 28, 2007

UN PSICÓLOGO A NÚÑEZ POR FAVOR

Pumpido; Gordillo, Gutiérrez, Ruggeri, Montenegro; Enrique, Gallego, Alonso, Alfaro; Alzamendi, Centurión ó Funes

Comizzo; Basualdo, Higuaín, Serrizuela, Carlos Enrique; Héctor Enrique, Corti, Borrelli, Váquez; Medina Bello, Da Silva.

Burgos, Díaz, Ayala, Gómez, Altamirano; Almeyda, Astrada, Cedrés, Sorín; Crespo, Francescoli.

Los tres equipos nombrados anteriormente son formaciones de River Plate de diversos años (1986 / 1990 / 1996 respectivamente) que tuvieron mayores ó menores éxitos, pero triunfos al fin y por ello aún hoy siguen vivos en el recuerdo de los hinchas que recitan las formaciones de memoria casi como el himno nacional. De paso sirven para graficar como ejemplo de lo que hoy quiero escribir: los grandes equipos tienen un requisito fundamental para serlo y eso es tener una formación más o menos definida. No hablo de “once de memoria” como reza el catálogo de Coco Basile pero si de una base de aunque sea mínimamente de siete u ocho jugadores estables que sean reemplazados sólo por causa de fuerza mayor.

Desde que Daniel Passarella se hizo cargo del plantel superior de River Plate (y de la reserva indirectamente al colocar a un estrecho colaborador suyo) allá por enero del 2006 y hasta la fecha no ha podido encontrar “el equipo” que sea el definitivamente estable. Primero pudo haber sido que no era un plantel que él había elegido, más tarde que algunas lesiones le jugaron en contra, pero ya desde más de un año a esta parte que el ex kaiser se quedó sin excusas.

Yo pregunto: ¿Quién es hoy el arquero de River? Ojeda, ¡pero cuidado nene que compramos a una promesa! ¿Quién es el lateral derecho de River? ¿Ferrari, Gerlo ó Ponzio? ¿Quién es el “2”? ¿Tuzzio, Nassuti, el nuevo Sánchez? ¿quiénes conforman la dupla de ataque? Las preguntas pueden hacerse en cada puesto de la cancha y con cualquier nombre propio de algún jugador que seguramente nadie podrá contestar con certezas y lo mismo ocurre con el sistema de juego ¿4-3-1-2? ¿4-4-2? ¿3-4-1-2? ¿Cuál es la posición de Ortega? ¿Y la de Beluschi? ¿quién lo sabe? Seguramente ustedes no y lo peor de todo que el que tiene que definirlo...¡¡tampoco demostró que lo sabe ya que se la pasa cambiando de un partido a otro!! Y esos continuos cambios generan incertidumbre en los hinchas y más aún en los jugadores que demuestran sus dudas y desconfianza en todos los partidos, conllevando a un estilo de juego que no existe y solo acarrea derrotas y más dudas generando un círculo de nunca acabar.

En su retorno al club un año y medio atrás a Passarella se lo vió lejos de aquel “kaiser mano dura” que habíamos conocido años antes y los hinchas festejaban esa nueva faceta de la personalidad del DT. Pero lamentablemente en estos meses los riverplatenses también se encontraron con una persona dubitativa, caprichosa y “llorona” que busca excusas ante todo cuyas actitudes creo que colmaron el vaso de la paciencia.

Veremos que sucede de ahora en mas, y yo prometo que no voy a hablar más del tema hasta que esta situación cambie (cosa que creo que va a demorar bastante tiempo) pero ya es vox pópuli el malestar millonario con el DT y creo que como decía su antiguo amigo y ex-amigo y actual defensor de su gestión; a Daniel Passarella por ahora...se le escapó la tortuga y creo que necesitaría visitar un psicólogo que lo ayude a ordenar sus ideas si es que quiere conservar su puesto.

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