NOCHE DE CANCHA: HUELGA DE HINCHAS

Dice el refrán que “cuando el río suena, agua trae” y en Rafaela esta máxima popular se cumple casi al pie de la letra ya que es una ciudad chica, que se está desarrollando, pero en la cual todavía el rumor (ó el chisme) encuentra campo fértil para prosperar debido a que aquí “nos conocemos todos”. Esta característica muy propia de la ciudad y sus habitantes debería ser tenida en cuenta por los dirigentes y jugadores profesionales de cualquier deporte que se desempeñan en alguna de las instituciones locales y por ello sus actos privados deberían ser más privados que los de cualquier otro ya que se trata de personas conocidas y mas cuando son actos que pueden llegar a rayar el escándalo.

Ser profesional del fútbol exige cierta conducta que tal vez no es muy divertida pero si necesaria para el cuidado de la herramienta de trabajo del jugador que es su cuerpo. Y todos sabemos lo sensible que son (somos) los hinchas en este aspecto: no nos gusta enterarnos que un integrante de nuestro equipo no se cuida adecuadamente y menos aún saber que varios integrantes del equipo son los que no tienen buena conducta. ¿Y que pasa cuando además de darse ese tipo de situaciones poco convencionales, el equipo hace una campaña sumamente discreta? El resultado hoy es Atlético de Rafaela; un club aparte, casi único en la geografía futbolística del país, y donde una situación así ocurre, comienzan a rodar cabezas de jugadores. Y hoy, faltado cuatro fechas para terminar la primer rueda del torneo de la B Nacional ya se sabe que el equipo sufrirá la baja de al menos dos jugadores aunque la lista promete ampliarse.

Para el hincha la situación es un poco vergonzante: primero porque saca a la luz la incapacidad de los directivos para armar un plantel y segundo porque ve como desfilan jugadores por su equipo como si fuera una pasarela de modas. Entonces ¿cuál es la forma de mostrar el descontento ante la situación? No asistiendo al estadio cuando hay partido. ¿Será por eso que ayer en el partido frente a Talleres había tan poca gente? ¿Ó simplemente porque estos descendientes de piamonteses se quedaron en sus casas viendo el partido por TV?

No tengo la respuesta exacta a esta huelga de hinchas, pero ustedes ya saben que cuando el río suena, agua trae.