AQUELLOS BUENOS VIEJOS TIEMPOS

¿Se acuerdan cuando los equipos argentinos que participaban en la Copa Libertadores iban al extranjero con la seguridad que se traerían un triunfo y por goleada? Bueno, ahora parece que la cosa se terminó de dar vuelta definitivamente.

Con el comienzo de la máxima disputa Sudamericana, los primeros resultados obtenidos por los equipos de nuestro país, no son muy alentadores que digamos. Arsenal clasificó a la fase de grupos "raspando", venciendo con lo justo al humilde Mineros de Venezuela; Lanús, el campeón doméstico, cayó frente a Olmedo de Ecuador; River pasó papelones ante San Martín de Porres de Perú; San Lorenzo perdió bien en su visita a Caracas de Venezuela y el temible Boca festejó el empate que le arrancó ayer a Maracaibo de Venezuela. Ante esta realidad, no quiero ni pensar que será de nuestros representativos cuando deban visitar a escuadras de Brasil ó Paraguay.

En los años ´70 los equipos de nuestro país que visitaban tierras del segundo mundo futbolístico, se floreban ante sus rivales que casi no oponían resistencia, y traían abultados resultados a favor. En los ´80 esto comenzó a revertirse y encontramos los primeros resultados "sorpresivos" como cuando el entonces campeón Argentinos Juniors perdió ante Barcelona de Ecuador en la edición de 1986, resultado que a la postre le significaría la eliminación en semifinales a manos de River. Un año más tarde, el Deportivo Táchira de Venezuela daría el batacazo ante Independiente, venciéndolo 3-2 y hasta con un gol de arco a arco. En los 90 la estadística se emparejó definitivamente y los equipos argentinos hicieron agua en sus visitas, especialmente River que llegó a perder una serie semifinal ante Barcelona de Ecuador y en otra edición, a quedar eliminado en primera rueda compartiendo el grupo con dos equipos de Bolivia.

El fútbol del siglo XXI ya no es lo que era para los argentinos y esto se da por un emparejamiento general de los equipos gracias al ascenso en la calidad de los otrora más débiles y un descenso de categoría de los jugadores de nuestro país. Nos guste ó no, es la realidad y creo que es momento de hacer un rápido reconocimiento de la situación actual para tomar las medidas necesarias para que este declive no se acentúe aún más.