PIDO GANCHO: NORBERTO ALONSO

Norberto Osvaldo Alonso nació el 4 de enero de 1953. A la edad de 18 años "el Beto" debutó en la primera de River Plate y rápidamente se ganó a la hinchada millonaria que quedó embelazada con su juego dúctil y sus carácterísticas de zurdo hábil, guapo y goleador que honraba la camiseta que llevaba, la número diez con la que siempre se lo identificaría.

En el año 1975 fue fundamental en la obtención del campeonato Metropolitano que hacía dieciocho años que se le venía negando al equipo de la banda, conformando un mediocampo que quedó en la historia del club junto a J.J.López y Merlo, logrando goles importantísimos durante la campaña en el que se destacó uno que todavía hoy se recuerda. Fue contra Independiente, e imitando una jugada que había intentado hacer el mismísimo Pelé en el Mundial de México ´70, que Alonso picó al vacío en diagonal hacia el punto del penal para recibir un pase largo y en lugar de frenar la pelota, la dejó pasar descorcentando al arquero rival que había salido a cortar, rodeándolo por el otro lado y convirtiendo el tanto con el arco vacío. Al finalizar el match, la prensa ya lo había apodado como "el Pelé blanco".

En 1976 fue transferido a Olimpique de Marsella y al año siguiente ya había vuelto a su amado River Plate. Fue partícipe de la selección nacional que ganó el Mundial de 1978, torneo en el que jugó los dos primeros partidos y luego se lesionó aunque eso no impidió que dejara su sello y todavía hoy se recuerde una habilitación suya a Luque de taquito, para que este marque un gol frente a Hungría.

En 1982, tras una discusión con quien por ese entonces era el entrenador de River, Alfredo Distéfano, y con los dirigentes de la entidad, fue transferido a Velez Sarsfield donde jugó dos años. La mayor anécdota de su paso por el club de Liniers estuvo dada cuando debió jugar frente a su ex equipo y le convirtió un gol: mientras sus compañeros festejaban, el quedó dentro del arco, llorando.

En el año 1984 y tras la renovación dirigencial en River Plate, el nuevo presidente Hugo Santilli realiza como primer medida de su mandato la repatriación del Beto. El club millonario en esos años venía de muy malas campañas que hicieron peligrar su continuidad en primera división, pero con el aporte del Beto y del nuevo entrenador, Héctor Veira, el problema fue solucionado.

Allí comenzó la etapa más próspera del club en cuanto a cosecha de títulos y para Alonso un nuevo desafío profesional ya que en el Campeonato Metropolitano 1985-1986 quedó relegado al banco de suplentes debido al gran momento que vivía Claudio Morresi, hoy secretario de deportes de la Nación, y por entonces excelente socio futbolístico de otro grande que formaba el equipo: Enzo Francescoli. Tras la partida del uruguayo, Alonso recupera la titularidad y se transforma en eje fundamental de un equipo que jugaba a su ritmo y llega a la gloria en 1986 ganando la primer Copa Libertadores en la historia del club y la Copa Intercontinental en Japón.

A fin de ese año decide abandonar la actividad de futbolista profesional. "Me retiro ganador" declaró ante la prensa y los hinchas reconocieron su grandeza cuando seis meses más tarde coparon el Monumental de Núñez para ovacionarlo en su partido homenaje.

Hoy, el Beto Alonso mezcla sus negocios particulares con su pasión por el fútbol siendo partícipe de un programa de TV especializado, dejando atrás una etapa donde intentó ser entrenador, manager y candidato a presidente de River Plate. Su amor por el club "millonario" sigue intacto y los hinchas lo llevan siempre en el corazón, tomándolo todavía hoy como un referente que siempre supo de la indiosincracia del color blanco atravesado por una banda roja.