NOCHE DE CANCHA: EL CACHETAZO

DESDE EL TABLÓN estuvo presente nuevamente en Santa Fe para ser testigo los Cuartos de Final de la Copa América. Jugaban Argentina - Uruguay y la casualidad dictó que el partido se dé en el aniversario número 61 de la mayor gesta del deporte charrúa: el campeonato mundial de 1950.

En la previa del match, intercambiaba opiniones con un lector y, teniendo en cuenta lo del Maracanazo, éste me preguntaba: "Si gana Uruguay, ¿cómo debería llamarse a este hecho?" Y la respuesta la encontré una vez terminado el juego: es el CACHETAZO. Un "bife" bien dado a tiempo, evita muchos años de psicólogos dicen algunas madres y Argentina anoche recibió uno de esos que duelen, que te dan vuelta la cara, que te dejan con ganas de llorar y que invitan a un ineludible balance de lo realizado y una sincera reflexión de cara al futuro. El partido terminó 1-1 y Uruguay se impuso por penales, pero durante el match el seleccionado local no pudo nunca imponer su dominio y sufrió ante un rival más práctico que, con individualidades de menor jerarquía, demostró ser mucho mejor equipo. Argentina fue más de lo mismo y no supo capitalizar la mejoría del partido anterior para poder plasmarla en el terreno de juego. Futbolísticamente nos encontramos nuevamente con un Messi retrasado, que aunque haya estado casi todo el match comprometido con el juego era frenado por una marca zonal especial que, al igual que todos los rivales anteriores, propuso el DT Tabárez . Y Argentina, otra vez, no supo ayudar a su estrella. Agüero y Di María estuvieron ausentes toda la noche, sus reemplazantes tampoco gravitaron, y cuando Lionel intentaba la individual, era frenado con falta pero lejos del arco que bien defendía Muslera. Uruguay por su parte, esperaba ordenado y salía de contra aprovechando la velocidad y movilidad de sus delanteros, Suárez y Forlán, que se las ingeniaban para llegar al área ó conseguir faltas cerca de ésta, que capitalizaron en sendos tiros libres que le permitieron a la Celeste conseguir su tanto y en definitiva fueron de lo más peligroso de toda la noche; ayudados por la endeblez defensiva de Argentina, otro de los puntos flacos del partido y del equipo local en todo el torneo.
Y así se pasaron los noventa reglamentarios y el alargue, con un tanto de la visita que rompió el partido, con el empate de Higuaín en una de las pocas combinaciones que logró con Messi, con una expulsión por bando debido al rigor con que se jugaba y que no imponía el juez del partido, con Argentina llendo pero inofensivamente y en las pocas que podía hilvanar chocando con la férrea defensa de Lugano ó las atajadas de Muslera. Y llegaron los penales, etapa de la que se dice que es una lotería, pero donde juegan las capacidades de cada uno. Y fue mejor el golero charrúa que atajó el remate mal ubicado de Tévez y eso fue suficiente para que el clasificado sea Uruguay.
Una nueva frustración, un nuevo fracaso, aunque el DT Batista no lo quiera admitir. Si tenés al mejor jugador del mundo, a varios que juegan en la élite, y jugás de local ¿cómo puede llamarse esto? Ah, cierto, es el CACHETAZO que quedará ardiendo en la cara de los argentinos, que nos devuelve a la realidad de que no tenemos un equipo, de que no se sabe a que jugar y como aprovechar las ventajas competitivas y comparativas frente al resto y que nos hunde una vez más, como en los últimos dieciocho años, en la decepción.