EL SABOR DEL ENCUENTRO
Argentina venció 3-0 a Costa Rica y es noticia. No solo por el resultado, que se ajusta a los antecedentes de cada selección, sino porque el equipo nacional pudo, por fin, imponer su juego ante un equipo supuestamente más débil y hacer valer el peso de sus individualidades.
A priori, el partido invitaba a observar al equipo albiceleste. En primer orden, por la imperiosa necesidad de ganar para poder clasificar a la segunda fase del torneo y como segunda lectura, para ver el funcionamiento del nuevo dispositivo táctico, con cuatro cambios de nombres incluidos, impuesto por el entrenador Sergio Batista. Y la apuesta resultó óptima ya que esos nuevos hombres dotaron al equipo con el juego que estaba faltando, ofrecieron más alternativas de pases para los compañeros y en definitiva lograron asociaciones dentro de la cancha que resultaron en muchas acciones de gol. Los jugadores criollos se encontraron dentro del campo y eso fue mortal para su rival.
Muy bien Fernando Gago, haciéndose eje del equipo. Bien Di María ofreciéndose como alternativa para salir y armar juego, en una posición sorpresiva, no tan recostado sobre la banda izquierda como es habitual en él. Bien Higuaín, con movilidad tratando de abrir los espacios para la llegada de sus compañeros ó "fajándose" con los centrales. Muy bien todos, al demostrar cierta rebeldía para cambiar la opaca cara mostrada en los partidos anteriores. Y excelente Agüero, marcando dos tantos y transformándose en un inesperado goleador.
Párrafo aparte para Lionel Messi. Los cambios que todo el mundillo futbolero reclamaba para acompañar al crack y que ayer el DT se decidió a hacer, lo favorecieron y anoche pudo convertirse en una de las figuras del equipo y del partido al entregar seis asistencias, de las cuales capitalizaron el segundo y tercer tanto. Anoche al diez se lo vió más armador que definidor y, gracias a las opciones con las que contaba, pudo deleitar a todos con esos pases entre líneas "made in Barcelona".
En la columna del debe, y pensando en lo que vendrá, quedaron a la vista ciertos desacoples defensivos por los cuales Argentina penará el día que un equipo lo ataque en serio, si no se corrigen. Pero mientras tanto, es hora de ilusionarse con que lo mejor está por venir, celebrar esta reconciliación de Argentina con su fútbol y especialmente con su gente, que anoche pudo degustar el dulce sabor del encuentro.
A priori, el partido invitaba a observar al equipo albiceleste. En primer orden, por la imperiosa necesidad de ganar para poder clasificar a la segunda fase del torneo y como segunda lectura, para ver el funcionamiento del nuevo dispositivo táctico, con cuatro cambios de nombres incluidos, impuesto por el entrenador Sergio Batista. Y la apuesta resultó óptima ya que esos nuevos hombres dotaron al equipo con el juego que estaba faltando, ofrecieron más alternativas de pases para los compañeros y en definitiva lograron asociaciones dentro de la cancha que resultaron en muchas acciones de gol. Los jugadores criollos se encontraron dentro del campo y eso fue mortal para su rival.
Muy bien Fernando Gago, haciéndose eje del equipo. Bien Di María ofreciéndose como alternativa para salir y armar juego, en una posición sorpresiva, no tan recostado sobre la banda izquierda como es habitual en él. Bien Higuaín, con movilidad tratando de abrir los espacios para la llegada de sus compañeros ó "fajándose" con los centrales. Muy bien todos, al demostrar cierta rebeldía para cambiar la opaca cara mostrada en los partidos anteriores. Y excelente Agüero, marcando dos tantos y transformándose en un inesperado goleador.
Párrafo aparte para Lionel Messi. Los cambios que todo el mundillo futbolero reclamaba para acompañar al crack y que ayer el DT se decidió a hacer, lo favorecieron y anoche pudo convertirse en una de las figuras del equipo y del partido al entregar seis asistencias, de las cuales capitalizaron el segundo y tercer tanto. Anoche al diez se lo vió más armador que definidor y, gracias a las opciones con las que contaba, pudo deleitar a todos con esos pases entre líneas "made in Barcelona".
En la columna del debe, y pensando en lo que vendrá, quedaron a la vista ciertos desacoples defensivos por los cuales Argentina penará el día que un equipo lo ataque en serio, si no se corrigen. Pero mientras tanto, es hora de ilusionarse con que lo mejor está por venir, celebrar esta reconciliación de Argentina con su fútbol y especialmente con su gente, que anoche pudo degustar el dulce sabor del encuentro.
Etiquetas: Copa América
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