GLOBO EN PICADA
Días pasados se consumó el descenso de categoría del club Huracán de Tres Arroyos, que milita actualmente en la B Nacional, pero a partir de la próxima temporada jugará el Torneo Argentino A. Con la pérdida de categoría de este equipo, queda para los neutrales un raro y hasta curioso ejemplo de parábola de rendimiento en la vida institucional y deportiva de un equipo.
Es que en el año 1998, este equipo militaba en la liga local y se coronaba campeón de la misma, para un año más tarde disputar el Torneo Argentino B y ganarlo. El año 2000 encontraría a Huracán jugando el torneo Argentino A, que ganaría a mediados del 2001, clasificándose para jugar el Nacional B. En su primer participación en la segunda división del fútbol argentino, los Tresarroyenses harían una magnífica campaña para un recién llegado a la categoría, que le permitiría luchar por un ascenso, jugando la promoción frente a Lanús en una serie de dos partidos que ustedes seguramente recordarán debido a que la A.F.A obligó a Huracán a hacer de local en cancha de ¡¡Platense!!, en pleno Vicente López. Si bien no lograron el ascenso, tampoco perdieron ninguno de los dos partidos que terminaron empatados con los “Granates” pidiendo la hora.
En la temporada 2003-2004, el “Globo” nuevamente se despacharía con otro gran rendimiento y jugarían la final por un ascenso frente a Almagro, que perderían por penales en su propio estadio y cuando los hinchas ya se resignaban a permanecer otro año en la B, les llegó la oportunidad de jugar nuevamente la Promoción aunque esta vez, frente a Atlético de Rafaela. Los hechos son conocidos; esta vez Huracán haría de local en Mar del Plata y eso no sería impedimento para ganar inobjetablemente ambos partidos y ascender a la máxima categoría. De ese equipo, me queda el recuerdo de grandes jugadores que lo integraban como: el “Novillo” García, un goleador temible, Jorge Izquierdo que como su nombre lo indica era un zurdo que jugaba de diez y fue fundamental en el partido de vuelta jugado en Rafaela marcando dos goles, los hermanos Dragojevich y desde donde salió Rodrigo Palacio, hoy en Boca, que había sido transferido al finalizar la primera rueda.
Hasta aquí, la historia es color de rosas y casi cinematográfica y de ensueños para los simpatizantes de Tres Arroyos que en cinco años pasaron de jugar la Liga local a estar en Primera División con el aditamento de que todo lo habían conseguido casi con la misma base de jugadores que habían arrancado el proceso. Pero su estadía en la “A” no sería de lo mejor, ya que los dirigentes optaron por mantener la misma base de jugadores y harían una magra campaña en el Torneo Apertura, cosa que trataron de revertir en el Clausura contratando una serie de jugadores algo reconocidos como “Pipa” Gancedo ó Pablo Lavallen pero que no agregaron nada y terminaron con la magra cosecha de cinco puntos en diecinueve fechas, conllevando al lógico descenso a fin de la temporada. Lo más rescatable de ese campeonato para este club fue poder ver en fútbol grande en su propio estadio y el debut del jugador de apellido más difícil de todo el país como es Jonatan “Jony” Vannieuwenhoven. Los reto a ver si lo pueden pronunciar de una, sin trabarse ó equivocarse.
De ahí en más, ya nuevamente en la B Nacional, el rendimiento de Huracán seguiría decreciendo y a pesar de los cambios de entrenadores, el equipo parecía aquejado de un virus que lo arrastraba a malas actuaciones, jugara quien jugara. Con jugadores en un bajo nivel de rendimiento, sin juveniles de nivel para reforzar al plantel, sin dinero para reforzarlo debido a las altas erogaciones que habían hecho para la remodelación de su estadio y la contratación de jugadores en la temporada anterior, con directores técnicos que no encontraban el rumbo ni el equipo, con una dosis de mala suerte y la infaltable “ayuda” de los promedios, perder la categoría para este equipo fue casi un trámite que le llevó sólo dos temporadas, cerrando la parábola de las que le hablaba al principio y que en nueve años lo llevó de la Liga local hasta Primera, descendiendo hasta el Argentino A. El tiempo nos dirá si la curva sigue descendente ó si los dirigentes del club saben y pueden torcer el rumbo.
Es que en el año 1998, este equipo militaba en la liga local y se coronaba campeón de la misma, para un año más tarde disputar el Torneo Argentino B y ganarlo. El año 2000 encontraría a Huracán jugando el torneo Argentino A, que ganaría a mediados del 2001, clasificándose para jugar el Nacional B. En su primer participación en la segunda división del fútbol argentino, los Tresarroyenses harían una magnífica campaña para un recién llegado a la categoría, que le permitiría luchar por un ascenso, jugando la promoción frente a Lanús en una serie de dos partidos que ustedes seguramente recordarán debido a que la A.F.A obligó a Huracán a hacer de local en cancha de ¡¡Platense!!, en pleno Vicente López. Si bien no lograron el ascenso, tampoco perdieron ninguno de los dos partidos que terminaron empatados con los “Granates” pidiendo la hora.
En la temporada 2003-2004, el “Globo” nuevamente se despacharía con otro gran rendimiento y jugarían la final por un ascenso frente a Almagro, que perderían por penales en su propio estadio y cuando los hinchas ya se resignaban a permanecer otro año en la B, les llegó la oportunidad de jugar nuevamente la Promoción aunque esta vez, frente a Atlético de Rafaela. Los hechos son conocidos; esta vez Huracán haría de local en Mar del Plata y eso no sería impedimento para ganar inobjetablemente ambos partidos y ascender a la máxima categoría. De ese equipo, me queda el recuerdo de grandes jugadores que lo integraban como: el “Novillo” García, un goleador temible, Jorge Izquierdo que como su nombre lo indica era un zurdo que jugaba de diez y fue fundamental en el partido de vuelta jugado en Rafaela marcando dos goles, los hermanos Dragojevich y desde donde salió Rodrigo Palacio, hoy en Boca, que había sido transferido al finalizar la primera rueda.
Hasta aquí, la historia es color de rosas y casi cinematográfica y de ensueños para los simpatizantes de Tres Arroyos que en cinco años pasaron de jugar la Liga local a estar en Primera División con el aditamento de que todo lo habían conseguido casi con la misma base de jugadores que habían arrancado el proceso. Pero su estadía en la “A” no sería de lo mejor, ya que los dirigentes optaron por mantener la misma base de jugadores y harían una magra campaña en el Torneo Apertura, cosa que trataron de revertir en el Clausura contratando una serie de jugadores algo reconocidos como “Pipa” Gancedo ó Pablo Lavallen pero que no agregaron nada y terminaron con la magra cosecha de cinco puntos en diecinueve fechas, conllevando al lógico descenso a fin de la temporada. Lo más rescatable de ese campeonato para este club fue poder ver en fútbol grande en su propio estadio y el debut del jugador de apellido más difícil de todo el país como es Jonatan “Jony” Vannieuwenhoven. Los reto a ver si lo pueden pronunciar de una, sin trabarse ó equivocarse.
De ahí en más, ya nuevamente en la B Nacional, el rendimiento de Huracán seguiría decreciendo y a pesar de los cambios de entrenadores, el equipo parecía aquejado de un virus que lo arrastraba a malas actuaciones, jugara quien jugara. Con jugadores en un bajo nivel de rendimiento, sin juveniles de nivel para reforzar al plantel, sin dinero para reforzarlo debido a las altas erogaciones que habían hecho para la remodelación de su estadio y la contratación de jugadores en la temporada anterior, con directores técnicos que no encontraban el rumbo ni el equipo, con una dosis de mala suerte y la infaltable “ayuda” de los promedios, perder la categoría para este equipo fue casi un trámite que le llevó sólo dos temporadas, cerrando la parábola de las que le hablaba al principio y que en nueve años lo llevó de la Liga local hasta Primera, descendiendo hasta el Argentino A. El tiempo nos dirá si la curva sigue descendente ó si los dirigentes del club saben y pueden torcer el rumbo.
Sin duda alguna, y como dije antes, el caso es curioso y raro para nuestro fútbol. No recuerdo a otro club que haya tenido una actuación como la de Huracán de Tres Arroyos en estos años y esto nos da mucho para hablar. Por un lado, nos hace reflexionar acerca de si es conveniente afrontar nuevos desafíos cuando, tal vez, el club no esté preparado para ellos. Pero por otra parte, es para aplaudir la campaña de este equipo que nunca fue valorada ni rescatada por la prensa especializada y a propios y extraños nos demuestra que los grandes equipos no se hacen de un día para el otro y siempre es conveniente tener una base armada de jugadores en el plantel superior, cosa que los dirigentes de Tres Arroyos ya aprendieron y estoy seguro que formarán, para que dentro de un tiempo lo veamos nuevamente jugando con los mejores.
Etiquetas: Informes
1 Comments:
Los dos goles que hizo Izquierdo en la cancha de Atético fueron terribles estiletazos directos al corazón celeste. Como ese gol que hiciste el sábado, Pachi.
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