OTRO DEPORTADO

Cuando empiezan a definirse la fase de grupos y podemos ir pintando los candidatos a clasificar, ya tenemos al primero que abandona Sudáfrica. Lo curioso es que no es un equipo, sino un jugador: el francés Nicolas Anelka, fue ¡expulsado! de su selección y seguramente cuando usted lea esto, él ya debe haber llegado a París.
Según cuentan las crónicas, el delantero titular del equipo galo insultó a su entrenador en el entretiempo del partido frente a México, donde perdieron dos a cero. Obviamente que el DT lo reemplazó inmediatamente, pero al finalizar el partido el incidente tomó estado público y obligó a la Federación francesa a enviar al jugador de vuelta a su casa por inconducta.

Lejos de calmarse las aguas, los compañeros de Anelka tomaron partido por el jugador y como protesta a la singular medida decidieron no entrenarse, cosa que originó la pelea del preparador físico con el capitán Evra (llegaron a tomarse a golpes de puño), y la posterior renuncia del presidente del departamento de selecciones nacionales francesas.

Cuando todavía nos sorprendemos por algunos resultados, por el bajo o buen nivel exhibido por algunos jugadores ó equipos, este mundial quiere seguir asombrándonos con hechos no habituales para una compentecia de este tipo y nivel, donde se junta la cream de la cream del fútbol y sólo nos dá lugar para exclamar: ¡Mon Dieu, que quilombée!