DECISIÓN SIN ALTURA

Hace unos días la F.I.F.A. dio a conocer una nueva resolución que impide jugar partidos internacionales en estadios que se encuentren ubicados a más de 2500 metros por sobre el nivel del mar. Las razones que esgrime el máximo organismo internacional son las de cuidar la salud de los jugadores ya que, según estudios médicos, es riesgoso practicar deportes a semejante altitud.

De inmediato, la polémica copó al ambiente futbolero ya que esta nueva reglamentación va en desmedro de varias selecciones sudamericanas que hacen las veces de local en dichos estadios, como ser Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú cuyas federaciones ya pusieron el grito en el cielo y prometen dar pelea ante lo que ellos consideran una injusticia.

Hace once años, exactamente en 1996, la FIFA ya había tratado de hacer algo similar pero no pudo llevarlo a cabo debido a la gran resistencia con la que se encontraron, en la cual hasta participó el mismísimo presidente de Francia, quien por entonces era Francoise Miterrand. Unos años más tarde, y con motivo de disputarse la Copa América de Paraguay, Joseph Blatter vino a Sudamérica y declaró ante algunos periodistas: "La Comisión Médica de la FIFA estudia permanentemente el tema y concluyó en que no es más grave jugar en la altura que hacerlo a mediodía, con 40º, como ocurre en ciertos países de Africa, o con 20º bajo cero, como en Rusia. Todo pasa por la adaptación. En Bolivia pueden dormir tranquilos. La Paz no será vetada, por lo menos durante el mandato de este presidente".

¿Qué cambió en once años a esta parte? Seguramente nada en la geografía de los países implicados pero sí en los comités de FIFA donde algunos países sudamericanos están cada vez más nerviosos por las dificultades encontradas a la hora de jugar eliminatorias mundialistas y donde la preocupación se ahonda ya que cada vez más selecciones deciden llevar su localía a estadios ubicados a más del límite de la altitud cuestionada, como pasaría con Perú, que jugaría en la ciudad de Cuzco y no en Lima como lo hacía habitualmente.

La medida del veto a los estadios, vista desde afuera, parece hecha a medida de selecciones de más historia y más “pesadas” en el orden mundial y por lo tanto pienso que son totalmente injustas. La Federación Internacional de Fútbol siempre se jactó de ser un ente pluralista que hasta tenía más afiliados que la ONU y con esta nueva resolución parece estar discriminando a países por el solo hecho de su geografía y creo además que a la brevedad tendrá que reveer la medida adoptada porque si no deberá afrontar un (nuevo) escándalo de consideraciones internacionales.