ARREVOIR RAGAZZI

Las noticias que más impactaron en lo que va del Campeonato Mundial, sin duda alguna fueron las que mostraban la rápida eliminación de Francia e Italia de la compentencia. Impactantes seguramente por la historia de ambas escuadras (fueron los finalistas de la edición anterior) pero no podemos afirmar que la salida de los dos equipos, haya sido algo totalmente inesperado.

Si miramos como llegaron los dos equipos al Mundial, debemos recordar que los galos entraron "por la ventana" tras jugar un repechaje contra Irlanda al que pudieron vencer con un gol viciado de nulidad. Si bien siempre mantuvieron una base de jugadores, lo que podemos criticarle es la falta de renovación que tuvo esta selección en los últimos años, empezando con su muy discutido entrenador y la presencia de jugadores ya veteranos mechados con otros desconocidos ó de poca experiencia a los que la compentecia internacional les quedó grande.

Algo similar le ocurrió a los italianos. Sin tantos problemas para clasificar debido a que le tocó una zona accesible, en estos últimos cuatro años se la pasó penando en cuanta compentencia internacional le tocó disputar como la Eurocopa (donde quedó eliminada en segunda ronda) y la Copa Confederaciones donde salió rápidamente al caer contra Brasil. Del 2006 a la fecha cambiaron al entrenador campeón y luego de los papelones internacionales lo volvieron a llamar. Paradójicamente, fue Marcelo Lippi el que se autoatribuyó el fracaso mundialista y podemos acordar con él al notar que le pasó lo mismo que a los franceses: muchos jugadores veteranos, mezclados por otros sin la experiencia necesaria. Los propios players fueron más allá y muchos coincidieron que este fracaso se debe al mal nivel de la Liga local, lo que se traduce en los encuentros frente a otras selecciones.

Por lo visto, que estos equipos hayan sido últimos en sus respectias zonas, no llama tanto la atención pero lo que más resalta a los que miramos DESDE EL TABLÓN es la pasividad con que los jugadores de ambos equipos jugaron todo el mundial. Dentro de la cancha, se veía a los players sin rebeldía ante la adversidad, con la sangre fría, y hasta con desgano, y parecía que sus pensamientos estaban lejos de la competencia. Para nosotros, los sudacas, eso es algo inaceptable.

Seguramente el tiempo hará su trabajo y Francia e Italia volverán a ser lo que fueron alguna vez, tal como le pasó a nuestro seleccionado luego del fatídico 2002. Mientras tanto, estoy seguro que muchos aprendieron la vieja lección de las abuelas que dice: "renovarse es vivir m´hijo".