Cuando se concretó la contratación de Maradona para ser el Entrenador del seleccionado nacional de fútbol, la prensa y la mayoría de los futboleros de nuestro país, festejaron el hecho y resaltaron las cualidades del "Diego de la gente" para ponerse al frente del equipo más difícil de todos. A pesar de su casi nula (y mala) experiencia en el cargo de DT, los que apoyaban la idea se frotaban las manos porque sabían que Maradona ubicaría a esos jovencitos que se le habían revelado al entrenador anterior, que tiraría sobre el tapete su "chapa" de haber sido el mejor defensor de la camiseta celeste y blanca y que junto a él llegaría la famosa y gloriosa "generación del 86", apoyada por el mítico Carlos Bilardo.
Ahora bien, a ocho meses del cambio de mando, aquella selección que según el mismo Maradona era "un Mercedes Benz tapado de tierra" sigue envuelta en un manto de dudas y opacas sombras, me atrevo a decir, aún más oscuras que las envolvían anteriormente y la causa de todo parten a partir del mismo entrenador en jefe.
Futbolísticamente se ha llegado a una encrucijada difícil, pero en este momento eso pasa a ser anecdótico ya que todavía vemos errores de organización que no fueron solucionados. Para empezar, no se sabe aun si Maradona tiene un contrato firmado, si los colaboradores que están en este momento a la par suya son realmente queridos por el DT, si estos tienen el suficiente conocimiento para estar en ese lugar, por que de la famosa "generación del ´86" solo están Diego y Bilardo en la selección mayor, si es necesario sumar a alguien más al cuerpo técnico, si hay reales ganas de sumar a esa persona, qué incidencia tiene Grondona en todo esto e innumerabes cuestiones que llenan de dudas a un equipo que dentro de la cancha deja mucho que desear.
Si comparamos al seleccionado de hoy con el del proceso anterior, vemos que ninguna falencia ha sido solucionada. Continúan casi los mismos nombres, se nota la ausencia de un verdadero equipo, siendo en este momento solo un conjunto de individualidades dentro de una cancha, y esa falta de entendimiento se vislumbra en los desacoples defensivos y la anemia ofensiva que hacen que se haga muy difícil ganar un partido.
Y mientras tanto, Maradona se equivoca:
-Se equivoca cuando dice que con solo siete u ocho partidos disputados ya tiene a su equipo definido, restándole chances a los que no fueron convocados.
-Cuando clama por Ruggeri, pero ante la negativa dirigencial, no busca un reemplazante con conocimientos tácticos, que pueden sacarse de la nombrada "generación del 86" como Pumpido, Clausen, Borghi y varios más u otros entrenadores jóvenes que aceptrían gustosos como Alfaro, Mohamed ó algún otro.
-Cuando subestima a los rivales como pasó ante Bolivia y Colombia, donde se notó que no conocía como jugaban.
-Cuando pone a los nombres antes que el sistema como pasó con Gago jugando de "ocho" ó cuando sigue insistiendo con el tridente Messi - Agüero - Tévez, sociedad que está demostrado que no funciona.
-Cuando tiene jugadores "proscriptos" como Higuaín ó Abbondanzieri sin conocerse las verdaderas razones.
-Cuando arma una selección local, pero entrena una semana y nada más con ella.
-Cuando pega carteles en los vestuarios, vocifera desde el banco pero demora en hacer los cambios durante un partido.
-Cuando piensa que hizo mucho, pero todavía desde su nuevo puesto, tiene que demostrar todo, no solo ante la gente, sino findamentalmente ante sus dirigidos.
-Cuando acepta esa indefinición por parte de AFA y no pone las cosas en claro, tanto para él como para el público en general.
¿Ante quién se reclamará en caso de que Argentina no clasifique al Mundial 2010? Grondona dirá que es culpa de Bilardo y Cía, el doctor dirá que es de Maradona porque es el entrenador, y el DT dirá que es de Grondona porque no le dejó armar su cuerpo técnico. Será el juego del "Gran bonete".
Faltan cuatro partidos para terminar la Etapa Clasificatoria al mundial de Sudáfrica y todos confiamos en que la mística del jugador argentino aparecerá y que, aunque ajustadamente, no habrá problemas para llegar a la máxima cita del fútbol. Pero sería bueno aceitar todos los mecanismos para anticiparse a los problemas, que se zanjen las dudas para que el equipo pueda lograr su máximo esplendor, que se dé el apoyo necesario a Maradona, que él tenga un gesto de grandeza aceptando consejos y que, para empezar, alguien saque a la luz los verdaderos problemas que se ven hasta DESDE EL TABLÓN, pero de los cuales por el momento nadie habla.
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